Esta es la historia de una familia de Valencia que lucha porque su hija recupere la salud.

Es la historia de unos padres llenos de fuerza y dedicación por su niña, quien sufre muchísimos problemas de salud pero que tiene la suerte de tener una familia que la adora y que haría cualquier cosa por ella.

He copiado la información de su página de Facebbok. Esta familia necesita apoyo y clicar un simple me gusta no cuesta tanto ¿no?

¡Ayudemos a Alba!

Más información en su web: http://portilatemasfuertemicorazon.com/

Esta es la historia de Miguel Ángel, Miguel, con acento en la i, como le llamamos casi todos. Una historia real, como podría ser la de un vecino, un amigo, o un conocido tuyo, de tu ciudad, de tu barrio, o de la finca de una persona que conoces, que dices que le han dicho…

Miguel, con acento en la i, es un muchacho joven, en estos momentos tiene 29 años, es de esa clase de personas que cuando te …la cruzas por la calle no tienes mas remedio que sonreír, porque su sonrisa es de ese tipo de sonrisas contagiosas, y si lo escuchas hablar sabes que terminas riendo, quieras o no.

Miguel lleva mucho tiempo con Ana, su mujer, tanto como 16 años, por tanto, la historia de Miguel es la historia de Ana, por todo lo que llevan compartido.
Hace 5 años, decidió aventurarse y montó una empresa, dedicada a la construcción de estructuras para obras. Los comienzos, como casi todos, fueron difíciles, pero con tenacidad y mucha, mucha paciencia logró remontar. Todo parecía funcionar a las mil maravillas, pero esto no duró demasiado. Las constructoras dejaron de pagar, las deudas empezaron a amontonarse, no quedó otra opción que cerrar la empresa, y para que los trabajadores no salieran mal parados, tuvo que solicitar más créditos, y así seguir creciendo las deudas.
Todo el asunto en manos de abogados, se solucionaría pronto. Pero los deudores se declararon insolventes algunos y desaparecidos otros.
Pasado un tiempo, Miguel empieza a trabajar en una fábrica de plásticos, con tan mala suerte que un accidente de tráfico dirigiéndose a su puesto, le deja lesionado. La recuperación es lenta y tras muchos tribunales médicos le declaran una minusvalía permanente que le va a impedir volver a trabajar. Y la resolución de los juicios pendientes, y la indemnización del accidente no llega…
Pero todo esto se va sobrellevando, como siempre con bromas y risas, aunque por dentro todo cueste.
El día 30 de septiembre del 2008 nace Alba, no se si decir, una muñeca, un juguete o una bendición, o tal vez, todo ello.
Aunque Alba llora cuando nos ve, se le pasa enseguida, y pone esos morritos que solo ella sabe poner, y cuando sonríe está para comérsela, no sabría decir a quien se parece más. Si a su padre o a su madre.
Ya véis, una historia como cualquier otra.
Alba crece, y como cualquier niña o niño de su edad, siempre tiene moquitos o está constipada. Al cumplir un añito, los bronquios se le llenaron de mocos y una pequeña complicación le hizo permanecer ingresada durante 10 días.

Alba se recupera y regresa a casa. De vez en cuando sigue afectada con los mocos, pero es algo pasajero, que con tratamiento remite pronto.
Alba cumple 2 años, y otra vez con mocos y el peregrinaje a consulta, hospitales, y noches sin dormir. El día 9 de octubre, como tantas veces, por la noche va al ambulatorio para que le pongan un inhalador y pueda pasar una buena noche.

Tras la mascarilla, Alba empieza a llorar y de pronto da la sensación de que se desmaya, y de pronto, y ante la mirada de los médicos que no supieron reaccionar, entra en parada cardio respiratoria. Gracias a la tenacidad del médico del Samur, y tras 45 minutos sin oxígeno, consigue reanimarla, ingresándola de urgencias para evaluar los daños tras la parada.
Muchos días en la UCI, y con noticias muy poco claras los médicos divagan con el diagnóstico y lo dosifican. Primero ceguera, después falta de movilidad, tal vez problemas con el habla o el conocimiento. Finalmente las cosas claras y un diagnóstico: parálisis cerebral.

No sabemos como evolucionará, lo que si tenemos claro es que va a necesitar de muchos cuidados médicos, con terapias alternativas, mucha rehabilitación y tratamientos costosos, que la seguridad social no cubre. Y que vamos a seguir luchando mientras queden fuerzas, y fuerzas no nos van a faltar.
La medicina avanza de una manera asombrosa y hay que estar preparados para cualquier tipo de novedad que pueda beneficiar a Alba.

Esta es la historia de Miguel y Ana, una historia real, la historia de su hija Alba.