La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría recomiendan dar el pecho en exclusiva durante los seis primeros meses de vida del bebé y después al menos hasta los dos años, combinándola con otros alimentos…y una vez transcurrido ese tiempo, hasta que la mamá y el bebé lo deseen.

Creo que ese es el punto clave de la recomendación que muchas personas (incluyendo profesionales de la salud) olvidan. Todavía me acuerdo del comentario de una mamá del cole de mis hijas que es médico y que se sorprendió al enterarse que mi hija pequeña (que por aquel entonces tenía 22 meses) tomaba pecho, me dijo “bueno, aún puedes darle teta dos meses más porque hasta los 24 es lo recomendado”

¡Ah bueno! menos mal que aún “puedo” darle el pecho dos meses más…que los médicos mal informados aún me lo permiten jeje entonces ¿y cuando cumpla 24 meses y un día ya no podré darle más teta? ¿la leche se convierte desde ese momento en agua o en veneno? Estaréis conmigo en que no se debería ser tan cuadriculado.

En realidad yo me limité a sonreir y no contesté nada…como suelo hacer…y después hago lo que me parece bien, porque mi hija ahora tiene dos años y medio y sigue tomando pecho.

Lo cierto es que la composición de la leche materna sí que varía en el tiempo y no es igual la leche que toma un bebé de 4 meses que un niño de dos años, pero debe quedar claro que siempre será la mejor leche que pueda recibir un niño porque está adaptada a sus necesidades y es fundamental para desarrollar sus defensas.

No pretendo decir que todas las mujeres deberían amamantar prolongadamente, nada de eso. Cada mamá conoce sus circunstancias y conoce a su hijo y tomará sus propias decisiones sin que nadie tenga que opinar.

Pero si me gustaría que las mamás que dan el pecho más allá del año no se sintieran bichos raros, ni tuvieran que soportar críticas ni opiniones de gente que en realidad no sabe de lo que habla. Que pudieran elegir sin presiones y que pudieran decidir libremente si quieren o no prolongar su lactancia.

Un ejemplo

En mi entorno soy de las pocas mujeres que dan el pecho a una niña que anda y habla perfectamente sin emgargo, en una conversación con mi hija mayor (que nunca había visto amamantar a un bebé antes de que naciera su hermana) me demostró que se puede conseguir la normalización.

Estábamos hablando de una amiga que se ha quedado embarazada y que ya tiene un hijo de año y medio que se destetó solo antes del año. La conversación fue más o menos así:

– Pilar: ¿mamá entonces X va a tener un hermanito?

– Yo: si cariño

– Pilar: ¿Y su mamá cómo lo hará para darle teta a los dos?

– Yo: su mamá podría darles teta a los dos si quisiera, pero no creo que X quiera pecho porque ya no toma desde hace tiempo

– Pilar: ¿X ya no toma teta? ¡pero si es muy pequeño!

Para mi hija un bebé de un año y medio es pequeño y en su normalidad, sería lógico que tomara teta.

La diferencia es que para la mayoría de la sociedad, un bebé de 6-7 meses ya empieza a ser mayor para tomar pecho.

¿Y para vosotros? ¿es normal que un niño que anda y habla tome pecho? ¿Qué podemos hacer para normalizar la lactancia prolongada en nuestra sociedad?