Desde hace un par de semanas hemos adoptado a un nuevo amigo virtual que se llama Caramelo (Pou en app). Todo empezó con un experimento de mi chico que decidió instalar una especie de bicho parecido a los antiguos tamagochi que debe ser alimentado y cuidado si no quieres que lo pase mal o se ponga enfermo.

A mi hija Alejandra (la pequeña) le gustó tanto, tanto que lo hemos instalado también en el tablet y en mi móvil…somos así de frikis.

Así que ahora tenemos varios Caramelos a los que alimentar, limpiar, curar cuando están enfermos, poner a dormir si están cansados o jugar con ellos si estan aburridos.

El juego es muy simple, pero al mismo tiempo tiene su gracia porque mis hijas se sienten de lo más responsables cuando se dan cuenta de que algún Caramelo tiene hambre o está sucio y en seguida se disponen a cuidarlo.

Sólo hay que tener en cuenta cuatro aspectos:

– La comida: hay que darle de comer cuando tiene hambre

– La salud: se puede poner enfermo y entonces hay que darle medicina. Aqui también entra el baño, si se ensucia hay que lavarlo.

– El juego: hay que jugar con él con una pelotita para que no esté triste y aburrido

– El sueño: si tiene sueño le tienes que poner a dormir porque él no sabe dormir solo

Es un juego bastante entretenido y conforme va creciendo el bichillo, puedes comprar cosas para customizarlo: vestidos, pelo, bigotes, gafas, sombreros…

Mi marido tiene el suyo disfrazado de bruja preparado para Halloween y yo en el mío le he cambiado el color y le he puesto pestañas. Aquí podeis ver algún ejemplo:

Ya se que no es igual cuidar a una mascota real que una virtual, pero aunque me encantaría tener un perro, temo por su integridad teniendo en cuenta que mi hija pequeña tiene dos años y medio.

Por el momento tengo que decir que mis hijas me han sorprendido muy positivamente porque no se suelen olvidar de revisar el estado de los varios Caramelos (de hecho es lo primero que hacen nada más levantarse) y los atienden encantadas cuando se “quejan” de algo, aunque les interrumpan sus juegos.

¿Y vosotros? ¿Tenéis mascotas reales o virtuales?