Muchas mamás se sienten desbordadas porque sus hijos no les hacen caso, les piden las cosas varias veces pero hasta que no dan un grito sus hijos no reaccionan.

Otras están nerviosas por el trabajo y lo acaban pagando con sus hijos, algunas sólo conocen esa forma de relacionarse con sus hijos porque a ellas las educaron así y muchas otras están insatisfechas con su vida por lo que pierden la paciencia muy pronto y terminan gritando.


Cualquiera de estos motivos es entendible, pero no justifica que usemos los gritos con nuestros hijos como un recurso contínuo. Se puede comprender que de manera puntual y en un momento de nervios hayamos alzado la voz (a todos nos ha pasado alguna vez) y de hecho se puede aprovechar esto como una oportunidad de mejora, pidiendo perdón a nuestros hijo y explicando que NO lo hemos hecho bien, pero no se puede permitir que los gritos sean habituales en nuestra casa.

Es violento

¿Qué prefieres? ¿hablar con tus hijos tranquila y relajadamente, reiros juntos, divertiros y tener un ambiente familiar sano y cariñoso o vivir en una casa donde se masca la tensión y la violencia? Yo lo tengo claro y lo cierto es que está en mi mano conseguirlo porque no importa lo que pasa, importa cómo yo reacciono a lo que pasa.

Los gritos son violentos y estropean el clima de toda la familia, si nos entran ganas de gritar a nuestros hijos es mejor que nos vayamos a un cuarto a solas y gritemos allí.

No son respetuosos

Todos nos merecemos que nos traten con respeto y nuestros hijos también. Si queremos que nuestros hijos nos hablen con cariño debemos empezar a hacerlo nosotros, cuando un niño es bien tratado, trata bien.

Por otra parte no se puede exigir a un niño que respete a sus padres si estos no le respetan primero ¿con qué cara le dices a tu hijo que no te grite si tú le gritas?

Además, los niños nos imitan todo el tiempo, así que si queremos que nuestros hijos no se relacionen con los demás a gritos, no debemos gritarles.

No enseñan nada

O peor aún, si que enseñan algo: los más fuertes pueden gritar y maltratar a los más débiles.

No creo que queramos enseñar eso a nuestros hijos ¿verdad? Si queremos que nuestros hijos sean empáticos, respetuosos y que no se aprovechen de los más pequeños, podemos empezar por no gritarles.

¿Y vosotros sabéis alguna razón más para no gritar a los hijos?