A raíz del fantástico post “¿Donde están los niños en las series de TV?” que se publicó la semana pasada en el blog Sienteme Crianza en el que se reflexionaba sobre los niños de los protagonistas de las series de televisión, se me ocurrió indagar un poco más a fondo y hablar de un tema que muchas veces me hace pensar: cuando vemos a un bebé llorando en una película ¿llora de verdad?

Seguro que todos podemos imaginar la escena porque ha salido mil veces, una película en la que salen unos papás primerizos y su bebé está llorando. No saben como calmarle ni qué hacer para que deje de llorar. La escena se alarga y se alarga…¿tendrá hambre? ¿qué hacemos? se pasan el bebé de uno a otro…huele su pañal…puajjjj ¡cámbiale! ¿yoooo? y así sigue la escena con los adultos interpretando su papel pero ¿y el bebé? ¿está interpretando un papel? NO.

No estoy hablando de las pelis en las que sale un muñeco bebé, yo me refiero a las escenas en las que sale un bebé llorando con lágrimas y mocos. Incluso hay muchas películas en las que sacan un primer plano de un niño pequeño llorando a pleno pulmón, así que en ese caso no hay engaño posible: el niño está llorando.

Los bebés no son actores y no saben fingir por tanto lloran de verdad.

Y cada vez que sale una escena similar yo no puedo evitar hacerme estas preguntas:

– ¿Cómo hacen que llore este bebé? ¿lo asustan o algo?

– ¿Cuántas veces han repetido la escena con el bebé llorando? o lo que es lo mismo ¿cuánto tiempo ha estado llorando ese bebé mientras los adultos que están a su alrededor le ignoran porque están interpretando un papel?

– ¿Dónde están los papás de este bebé? ¿allí mirando?

– ¿Cómo lo calman luego?

Y sobretodo me pregunto…¿esto está bien?.

Recuerdo una escena que me impactó en la serie española Cuéntame en la que salían unas niñas sentadas en la parte trasera del coche y estaban llorando súper fuerte. Mientras tanto sus padres sentados en la parte de delante se miraban con resignación y se cogían de la mano mientras la cámara se alejaba lentamente. Intentaban que la escena quedara graciosa y así hubiera sido si no fuera porque las niñas no debían tener más de dos o tres años y tenían unos lagrimones enormes.

¡Yo me quedé de piedra! No me hizo ninguna gracia la escenita y recuerdo que empecé a pensar mucho más en esas pobres niñas que en la serie.

Reconozco que nunca me había planteado el tema antes de ser madre pero ahora no puedo evitar sufrir cada vez que veo una película con bebés o niños pequeños.

¿Qué pensáis? ¿Os impacta ver cómo lloran los niños en las películas? ¿algún experto que nos cuente cómo se regula esto?

La foto que ilustra el post es de una controvertida serie de fotografías que realizó la fotógrafa Jill Greenberg en las que les daba un caramelo a los niños y se lo robaba después para que lloraran con realismo 🙁