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Cuando me quedé embarazada de mi hija mayor yo era una asidua practicante de yoga y acudía a mis clases dos días a la semana.

Me encantaba, me sentía relajada, notaba claramente como mejoraba mi postura conforme avanzaba la clase y al salir siempre me llamaba la atención lo recta que estaba mi espalda (que suele ser mi punto débil).

También notaba que mi estrés por el trabajo y las responsabilidades se hacía más pequeño y esos ratos de yoga eran muy preciados por mi.

Desgraciadamente, al quedarme embarazada, los mitos extendidos sobre este tema me hicieron temer por mi hija y acabé dejándolo. Mucha gente me decía que el yoga era peligroso para el embarazo y que podía perder a mi bebé por empeñarme en practicarlo, así que dejé de hacer yoga 🙁

Sin embargo, con el tiempo (y gracias a internet) me he ido informando y me he dado cuenta de que podía haber practicado yoga durante mi embarazo y hubiera disfrutado de unos momentos estupendos conectándome conmigo misma y con mi bebé.

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[pullquote]Es aconsejable practicar yoga a partir de la semana 12 de gestión y no antes. Las posturas se van adaptando a cada fase del embarazo. Es muy importante evitar posturas que comprimen el abdomen, y evitar en todo momento que la madre se agote.”[/pullquote]

Según la experta Elena Ferraris (directora del Centro de Yoga Elena Ferraris, en Madrid) “las mujeres embarazadas pueden practicar yoga teniendo en cuenta unas recomendaciones.

Es aconsejable practicar yoga a partir de la semana 12 de gestión y no antes. Las posturas se van adaptando a cada fase del embarazo. Es muy importante evitar posturas que comprimen el abdomen, y evitar en todo momento que la madre se agote.”

De hecho, he descubierto que el yoga no sólo está permitido durante el embarazo, sino que además es beneficioso para el feto. Según Elena Ferraris “Mantenernos activas durante el embarazo es beneficioso tanto para la salud de la madre como para la del bebé, sin embargo la actividad física debe adecuarse a esta etapa de la vida.

Las sesiones de yoga para embarazadas se centran en mitigar los posibles síntomas del embarazo, como dolores de espalda, dolores de cabeza, nauseas, etc., así como en mejorar el bienestar físico y psicológico de la madre.”

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Asimismo practicar yoga te permite conectar con tu cuerpo, tu alma, relajar tu mente y fusionarte con tu bebé. En palabras de Elena Ferraris “Las asanas (o posturas del yoga), la meditación y la atención en la respiración sirven para que la mujer tome conciencia de los ritmos naturales de su cuerpo y de las transformaciones que ocurren en el cuerpo durante la gestación.”

[pullquote]“Las asanas (o posturas del yoga), la meditación y la atención en la respiración sirven para que la mujer tome conciencia de los ritmos naturales de su cuerpo y de las transformaciones que ocurren en el cuerpo durante la gestación.”[/pullquote]

Y no sólo eso, el hecho de practicar yoga puede ayudar a preparar a la mujer para su parto porque aprende a sentir la intensidad de las contracciones sin angustia porque hay que tener en cuenta que “Un aspecto importante de la práctica del Yoga es la relajación y la respiración que no solo ayudan a aliviar tensiones físicas, sino que también contribuyen a purificar la mente y a relajar los nervios”.

Las únicas precauciones que hay que tener en cuenta es no realizar posturas de yoga durante el primer trimestre (como comentaba anteriormente) y tener en cuenta que no se deben realizar posturas que compriman el abdomen o que agoten demasiado a la mujer.

Una vez la embarazada haya tenido a su bebé puede empezar con la práctica una vez pasados tres meses del parto, pero Elena comenta que hay mujeres que querrán incorporarse antes y otras después (entre otras cosas dependiendo del parto que hayan tenido).

¿Qué te parece? ¿has practicado o practicas yoga durante tu embarazo?