Cuando nació mi hija mayor ni siquiera sabía que existían los portabebés tradicionales, sí me gustaban las mochilitas para llevar a los bebés, de hecho he regalado varias a amigas embarazadas…después, cuando los descubrí ya era bastante mayorcita y ya no me dió por intentarla llevarla en uno.

Con mi hija pequeña, ya de embarazada quería comprarme alguno para ir probando cuando naciera y ya intuía que me iba a encantar. Para los Reyes me pedí una bandolera portabebé porque me pareció lo más fácil de poner y me daba miedo empezar con un fular y después, una vez ya nació mi hija me atreví con un fular no elástico.

Desde luego estoy encantada con mis portabebés y eso que la niña sólo tiene cuatro meses. Desde el principio le ha relajado muchisimo estar colgadita en ellos y las siestas que duermen en el fular no la duerme ni en el carro, ni en  ningún sitio, ni siquiera en brazos.

Buceando por internet he encontrado en la página web www.misaquitomagico.es, una lista bastante extensa de beneficios en el uso de portabebés tradicionales (que son los que de verdad respetan la ergonomía del bebé), aunque no necesito tantos motivos, a mi me gusta y a mi bebé le encanta ¿qué más podemos pedir? 🙂 Por si acaso, aquí va la lista:

Para el bebé:

  • Sensación de seguridad, la protección que siente el bebé por la cercanía del portador se traduce también en menos llanto.
  • Bien estar y Confort. Ayuda a regular su temperatura, tanto si necesita calor, como fresco el calor del porteador ayuda al metabolismo del bebé a presentar menos cólicos y una mayor armonía y bienestar en el ritmo del sistema respiratorio.
  • Desarrollo Físico: Llevar al bebé en una posición adecuada facilita que tanto sus caderas como su espalda se desarrollen correctamente.
  • Integrados en la vida diaria. El contacto con el ambiente familiar desde una posición segura les ayuda a conocer el medio en el que posteriormente estarán inmersos.
  • Estimulación temprana. El contacto sobre la piel y el balanceo al que ya están acostumbrados desde el vientre materno les ayuda a descubrir su alrededor desde un refugio seguro.
  • Mejor cuidado. El llanto no pasa desapercibido y permite a los padres reaccionar enseguida al hambre, la sed, un pañal sucio, además de estimular la producción de leche materna. Menos problemas de salud.
  • Cólicos del lactante. El masaje de contacto y la deambulación favorecen la expulsión de gases y ayudan al bebé cuyo sistema digestivo aún es inmaduro a estimular el mismo de manera positiva.
  • Seguridad. El niño no está sólo y corre menos riesgo de accidentes por falta de vigilancia.

Para los papas y mamas no hay menos ventajas, además no existe un tiempo limitado diario, si ambos están a gusto puedes decidir usarlo solamente en casa o salir a la calle cuando quieras…

  • Favorece la estrecha relación. Entre el bebé y el porteador se fortalecen los vínculos afectivos y se reestablecen en caso de separación tras el parto. Además los dos primeros años de vida son fundamentales en la vida afectiva del bebé y su relación con sus pares es la base para el resto de su vida. Desarrolla el instinto
  • Aumento de Autoestima. Favorece el conocimiento del bebé y la identificación temprana de las señales que benefician el cubrir sus necesidades ayudando a los papas y mamas a aumentar su autoestima como progenitores seguros con experiencias positivas y satisfactorias.
  • Autonomía de la madre. El bebé no paraliza su vida, lo integra en ella. También se evitan los procesos de depresión post-parto.
  • Favorece el establecimiento de la lactancia materna, pues se estimula la producción de oxitocina, hormona del amor.
  • Permite atender a hijos mayores e incluso atender muchas tareas tanto dentro como fuera del hogar.
  • Movilidad. Tanto en el medio rural como en el medio urbano facilita la movilidad allí donde el carrito no puede llegar.
  • Integración del papa. En el binomio madre-hijo a veces es difícil para el papa encontrar su lugar, el porteo favorece la identificación temprana de las señales del bebé, así como el sentir que colabora junto con la mama de una manera muy importante en los primeros meses de vida de su hijo.