Muchas veces en la vida, lo más sencillo es lo más eficaz y en este caso la realidad es aplastante.

El Método Madre Canguro surgió por casualidad hace más de treinta años en un hospital público de Bogotá. En esa época, tenían muchos más bebés prematuros que incubadoras, ponían a dos o tres bebés en cada incubadora y eso provocaba numerosas infecciones intrahospitalarias y muerte de muchos de esos bebés.

Ante esta situación decidieron colocar a los bebés con sus madres en contacto piel con piel (fundamentalmente por regular su temperatura) y los mandaban a casa lo antes posible, para que no murieran en el hospital. Cuál fue su sorpresa cuando vieron que esos bebés tenían una supervivencia mayor que los que se quedaban ingresados en el hospital en las incubadoras.

Este método es muy sencillo y simple, consiste en colocar al bebé en contacto piel con piel con su madre (o su padre) el máximo tiempo posible, ya que de esta forma el bebé obtiene sus tres necesidades básicas para la supervivencia:

– Calor

– Protección ( amor)

– Leche materna

Con el método canguro el bebé tiene una temperatura mucho más estable, su respiración es más regular y profunda (sin respiraciones periódicas tan características en los prematuros), su frecuencia cardíaca es estable o aumenta ligeramente, aumentan los periodos de reposo, disminuyen las infecciones hospitalarias (nosocomiales), tiene menos episodios de apnea, aumenta más de peso y se marcha antes a casa con el alta hospitalaria.

El único inconveniente  que puede tener el método canguro (si se puede llamar así) es que las unidades neonatalaes deben estar abiertas a los padres y madres que desean hacer el método canguro con sus bebés durante 24 horas al día.

Esta cultura de puertas abiertas no está nada extendida en nuestro país, sin embargo los hospitales deberían replantearse sus decisiones, ya que el Doctor Gómez Papí hizo un estudio sobre el ahorro de coste que supone para un hospital el implantar este métdo con unos resultados sorprendentes:

– Disminución de nutriciones parenterales a menos de la mitad

– Disminución de días de ingreso (17 días de media por bebé)

– Menor peso del bebé al alta (unos 500 gr menos de media por bebé)

– Menor uso de catéter Jonathan (de nutrición parenteral)

– Ahorro de una media de 7600 euros por bebé ingresado

Asimismo, de cara a salud emocional del bebé las ventajas son enormes.

Cuando fui a dar a luz a mi segunda hija, comenté con mi giencólogo que si había algún problema y mi bebé iba a ser ingresada, me ofrecía voluntaria para practicar el método canguro si el hospital quería estudiar los resultados del método…el ginecólogo me miró con cara sorprendida y se rió diciendo que vaya cosas raras se me ocurrían.

Una pena que haya tantos profesionales de la salud sin reciclarse…