Mis hijas nunca habían tenido piojos hasta este verano que ya van dos veces 🙁

Ya sé que es algo muy habitual, que casi todos los niños tienen en algún momento de su vida y que no tiene nada que ver con tener el pelo sucio o limpio, pero aún así cuando vi los piojillos me dió bastante asquito y un poco de vergüenza.

En fin, que después del primer tratamiento con la típica loción de farmacia con permetrina vi que a mi hija mayor le salían unas ronchas rojas en el cuero cabelludo y que le picaba casi más que los piojos. Esto es porque la loción es muy fuerte y tóxica, así que desempolvé mis apuntes de parasitología y  navegué un poquito por la red y descubrí un tratamiento estupendo y totalmente natural para liquidar a los bichitos: el aceite de oliva.



La segunda vez que los piojos nos visitaron lo probé y tengo que decir que funciona de maravilla. Los 5 piojillos que tenía mi hija salieron muertos y el pelo quedó tan suave que fue facilísimo pasarle la liendrera (peine especial para qutar los piojos muertos y liendres) sin tirones ni quejas.

El tratamiento es muy sencillo, simplemente hay que empapar bien todo el pelo (desde el cuero cabelludo hasta las puntas), poner una envoltura plástica en la cabeza para que no entre el aire y los piojos mueran ahogados y dejar durante dos horas.

Las ventajas son muchas:

– No es tóxico ni irritante

– Es barato

– Es sencillo de conseguir, no hay que salir corriendo a la farmacia a comprar la loción porque está en todas las casas

– El pelo queda suave, brillante y fácil de peinar

– Lo puedo usar con Alejandra (17 meses)

– Se puede repetir todas las veces que se quiera sin miedo a intoxicarse

El único inconveniente es que se debe dejar el tratamiento puesto durante dos horas y ese tiempo se puede hacer un poco largo para un niño, pero bueno, nosotros lo solucionamos con algunas partidas de dominó y unos dibujitos.

¿y vosotros conocéis algún otro tratamiento casero y natural para matar a esos indeseables visitantes?