Parece que cada vez está más claro que la lactancia materna se debe dar a demanda, por un lado para asegurar la producción de leche y por otro lado para ayudar al bebé a autorregularse en la alimentación.

Sin embargo, parece que la opinión general es que la alimentación por biberón todavia sigue muy regulada a horarios y esto no debería ser así.Lo habitual es recomendar un biberón cada tres horas en los recién nacidos y cada cuatro horas cuando crecen un poco.

Los bebés pasan de alimentarse continuamente en la tripa de sus madres a tener que adaptarse a las sensaciones de hambre y saciedad. Y esto (que viene regulado por una hormonas) influye en el metabolismo del bebé, por lo que se debería dejar a la naturaleza actuar y al bebe decidir.

De hecho, sólo el bebé puede saber si tiene hambre o no y es absurdo darle cada tres horas de reloj porque pueden pasar tres cosas:

– Que el niño tenga hambre justamente a las tres horas. Cosa difícil ya que la leche artificial tarda más en digerirse que la leche materna y puede estar hasta cuatro horas en el estómago del bebé

– Que el pequeño no tenga hambre todavía y sus padres se preocupen de lo “poco” que come el niño

– Que el bebé tuviera hambre desde hacía mucho rato pero sus padres no le daban el biberón porque “aun no le toca”

¿Cómo lo hacemos?

Cuando el bebé come a demanda, decide cuándo come y cuánto come.

Esto es muy importante para su autorregulación alimentaria y tener una relación sana con la comida.

La única forma de hacerlo es darle el biberón cuando lo pida, hayan pasado dos o tres horas desde el último biberón y sean las tres de la tarde o las tres de la mañana.

Además se recomienda preparar siempre aproximadamente 30 ml más de lo que suele tomar el bebé, para asegurarnos que no se queda con hambre. Y si vemos que se lo acaba, preparar 30 ml más y así hasta que le sobre.

¿Y no deberíamos ir poniendo horarios?

Algunas veces he oido a mamás que justifican los horarios rígidos de los biberones para ir acostumbrando al bebé a tener horarios y que cuando sea mayor pueda comer con los horarios de la familia.

Este razonamiento no tiene mucho sentido si entendemos que lo primordial es que el bebé alcance su propia autorregulación alimentaria, porque los horarios familiares los irá adquiriendo poco a poco conforme vaya creciendo.

Las personas que son capaces de autorregularse en su alimentación no tienen problemas de sobrepeso, no comen por ansiedad (un mal muy común hoy en día), tienen menos probabilidades de tener enfermedades relacionadas con la dieta como la diabetes tipo II…así que es muy importante que dejemos a nuestros hijos aprender a utorregularse a la hora de alimentarse.