Mis hijas se van haciendo mayores y poco a poco van interesándose por “las pantallas”: ordenadores, videojuegos, televisión, tablet…

El tema de los juegos en el ordenador o las tablets es bastante recurrente entre las mamis y papis del parque o de la escuela y la opinión generalizada es que son malos, hay que controlar mucho su consumo y que si no se limita el acceso de nuestros hijos a los videojuegos se pueden convertir en unos insociables problemáticos totalmente viciados a las maquinitas.

Por otra parte, he escuchado muchas veces la queja de que los adolescentes de hoy en día se pasan el día colgados a su móvil y que esto es una barbaridad.


A mi, estas opiniones tan de extremos, me parecen un poco tremendistas porque de hecho, los primeros que están demasiadas horas con el móvil o con el ordenador son los propios padres y eso no nos parece mal.

La paja en el ojo ajeno

Cada vez que escucho que los jóvenes de ahora son unos maleducados porque sólo están pendientes de su móvil, siempre me gusta recalcar que todos los días en el parque, yo veo adultos hechos y derechos mucho más pendientes de su móvil que de su hijo. Es más, incluso muchos adultos se ponen a juguetear con su móvil mientras hablan con otros adultos.

De hecho, el tema se está extendiendo tanto que incluso se están haciendo estudios que relacionan un aumento de los accidentes infantiles por culpa del aumento de dispositivos móviles (smartphone o tablets) y los mayores descuidos de los padres al estar más pendientes de las pantallas que de los niños.

No es lo mismo

En mi opinión no se puede meter en el mismo saco a la televisión y a los videojuegos, porque la televisión no requiere ninguna interacción por parte del niño, es simple información que el niño recibe sin tener que hacer nada.

Los videojuegos son diferentes (sean en el ordenador, en el tablet o en la videoconsola) porque los niños deben jugar con ellos para avanzar, pasar las pantallas o conseguir mejor puntuación. Deben adquirir alguna destreza para mejorar y esto es un punto muy importante a tener en cuenta porque hay videojuegos que realmente pueden ayudar a aprender muchísimas cosas.

Los cirujanos usan los videojuegos para mejorar su destreza en las operaciones y los pilotos practican los aterrizajes con videojuegos adaptados a ellos.

Además, otra diferencia fundamental, es que los videojuegos pueden jugarse con compañía. Nuestros hijos pueden jugar con sus amigos o con nosotros…incluso podemos jugar con ellos con las videoconsolas de séptima generación o con sensores de movimiento( Wii, Xbox, etc.) y ponernos en forma.

¿Y por qué nos enganchan tanto a “todos”?

Una vez está claro que las pantallas son atractivas para todos (los niños, los adolescentes y los adultos), podemos intentar entender por qué nos gustan tanto.

Porque a todos nos gusta jugar

Lo cierto es que a todos, incluidos los padres, nos gustan los juegos. Nos gustan los retos, conseguir ganar, superarnos a nosotros mismos…

Además, los videojuegos están pensados para que nos gusten. De hecho, la industria del videojuego mueve millones de dólares y detrás de cada juego hay estudios de márketing, cientos de profesionales trabajando (diseñadores, programadores, guionistas, actores, etc.) para que nos guste.

Pensar que nuestros hijos (o nosotros mismos) podemos ser inmunes a esto no es muy realista.

Hay muchísima variedad

La opinión generalizada es que los videojuegos son violentos, pero esto no es cierto.

Yo tengo en mi tablet muchos juegos de hacer puzzles, de ingenio, de laberintos, de estrategia, de aprender letras y números, de dibujo, de ajedrez, de aprender música…y ninguno es violento.

Mis hijas juegan a todos estos juegos y a mi me gusta que lo hagan, porque al fin y al cabo ¿qué más dará hacer un puzzle en la mesa que en un tablet?

Ha cambiado nuestra forma de comunicarnos

Los que somo novatos tecnológicamente entendemos peor la realidad, pero si nos paramos a pensar un poco, seremos capaces de ver que la forma de comunicarnos ha evolucionado muchísimo en los últimos años.

Hace 10 años muy poca gente tenía facebook y hoy en día es la herramienta que todos usamos para aordarnos de los cumpleaños de nuestros amigos.

Cuando yo era pequeña no existían los móviles y mi primer teléfono era un zapatófono enorme y muy pesado que sólo podía usarse en las emergencias.

Hoy todos tenemos móvil y nos comunicamos por whatsup.

Los adolescentes han nacido con la tecnología, no lo ven como algo negativo (porque no lo es) y se han adaptado mejor a la nueva forma de comunicación. No significa que se haya eliminado el trato directo, porque los adolescentes siguen quedando para verse, pero mientras conversan entre ellos, están publicando una foto en twitter o mandando un mensaje a un amigo.

Yo misma que trabajo por internet y paso muchas horas al día con mi ordenador, he cambiado la forma de comunicarme con mi familia y amigos.

Faltan alternativas de ocio

Cuando yo era pequeña casi todos los niños jugábamos en la calle. Solos, sin nuestros padres y durante varias horas. Además, casi todos mis amigos del colegio vivíamos en el mismo barrio con lo que era muy sencillo ir a casa de algún amigo a jugar

En las ciudades ahora mismo esto es impensable. Hay mucho tráfico, a los padres nos da miedo dejar solos a nuestros hijos y además muchas veces vivimos lejos los unos de los otros.

Cuando los niños tienen que estar en casa todas las tardes, es normal que se cansen de jugar siempre a los puzzles o a las construcciones y que acaben jugando con videojuegos.

Nos sirven de respiro

Muchas veces, somos los propios padres los que hemos ofrecido estos juegos a nuestros hijos para tener un rato tranquilo después de un duro día de trabajo o para preparar la comida o para ayudar a sus hermanos con los deberes…

 

Mañana seguiremos con este tema tan interesante y veremos qué podemos hacer si queremos disminuir las horas que nuestros hijos pasan con los videojuegos…