Seguro que todos hemos escuchado esas frases que nos dicen a las madres sobre nuestros hijos o parecidas:

Lleva toda la tarde tranquilo y ha sido llegar tú y llora por todo.

Conmigo no tiene rabietas, sólo se porta así con su madre.

Siempre se porta genial con todo el mundo y en el colegio, pero cuando está con su madre parece un niño malcriado.

Y es que además, hay hasta un estudio que confirma que los niños “se portan peor con las madres que con otros adultos“.

Según el estudio esto se debe a las feromonas que desprende la madre y por eso los niños al olerlas, cambian su comportamiento (no me preguntes más que yo tampoco lo entiendo).

A mi me parece que es más probable que se trate de una cuestión de confianza, porque los adultos también hacemos cosas parecidas y a veces hablamos con más paciencia a nuestros compañeros de trabajo o a los desconocidos que a nuestra propia familia.

Pero para estar segura del todo he querido preguntar a varias expertas para que me den su opinión al respecto:

Esther Guerrero psicoterapeuta familiar sistémica, mamá de un niño de 3 años y a la espera del segundo (su web es psicoterapia y crianza) opina que “las mamás somos la máxima expresión de la confianza, de la tranquilidad, ellos con nosotras saben que pueden ser quien son sin miedo a nada (en general, pero sobretodo si prácticas crianza respetuosa)”.

Irene Acosta, Doctora en Psicología, especialista en inteligencia emocional (aquí puedes ver su web) piensa que se trata de una cuestión de necesidad: “Los niños sobre todo si son pequeños, necesitan a su madre. Pueden estar con otras personas, y estarán bien. Pero les faltará lo que solo su madre les puede dar. Puede que al principio al quedarse con otras personas lloren y/o demuestren su inconformidad de alguna manera, pero pasados unos días pasan a “portarse de maravilla” cuando están con ellos…y luego cuando llega mamá hay una “explosión de emociones”.

No son para fastidiar a mamá. Son para decir algo que aún no sabe articular en palabras y que tampoco sabe gestionar emocionalmente. “Te he echado de menos”, “Te necesito”, “Lo que quiero es estar cada momento contigo”, “Aquí estoy bien, me tratan bien, me atienden…y sé que vuelves, soy paciente y espero… pero nada como estar contigo”. Y es que mamá es la persona de máxima confianza así que es con ella con quien mostramos (y podemos mostrar, y queremos mostrar!) todo lo que somos y lo que llevamos dentro! Porque nadie nos va a entender y a ayudar igual.”

Mucha gente opina que el hecho de que los niños lloren más con sus madres o “se porten peor” con ellas es algo muy negativo que se debe reconducir.

La mayoría de las críticas que yo he escuchado es porque piensan que el niño está muy mimado, demasiado enmadrado y que lo necesita es desapegarse de mamá para poder relacionarse mejor con su entorno.

Irene Acosta opina que esto no algo malo en absoluto “Piénsalo un momento: tu tampoco te comportas igual en un sitio que en otro, ni con una persona que con otra. Y seguramente con aquellos que más confías sea con quienes despliegues tu “verdadero yo” y con quien te permitas más reacciones “políticamente incorrectas”. Los adultos también nos “portamos mejor” con quienes no tenemos tanta confianza 😉“.

Esther considera que en general es normal que ocurra esto y es incluso algo sanopara que los pequeños se autorregulen y vayan poniendo a prueba sus capacidades. De hecho es un buen síntoma que los peques en contextos sociales se “porten bien” y en casa muestren esa parte más de rabietas o así, igual que los adultos sabemos con quién y dónde podemos desahogarnos, ellos también.”

Sin embargo hay que estar alerta porque este comportamiento también puede darse por falta de límites maternos, en palabras de Esther “si este comportamiento se da por falta de límites maternos sí que hay un problema, aunque si hay falta de limites maternos también los habrá en general. Otro motivo por el que podría ocurrir puede ser por falta de atención, sobre protección, falta de estimulación o comportamientos negligentes. En estos casos sí que habría que intervenir o cambiar aspectos de la díada mamá/niño”.

En caso de dudas, lo mejor es consultar con un profesional que nos pueda ayudar a ver si el comportamiento de nuestro hijo es normal o debemos hacer algo para cambiarlo

Pero generalmente debemos saber que “tu hijo no lo hace para molestarte, simplemente a su manera y como puede, te está diciendo que sigues siendo la persona más importante de su universo! Desde este enfoque seguro que te resulta menos abrumador” comenta Irene.

¿Y cómo gestionar esta situación si nos agobiamos? Irene comenta que lo mejor es actuar con “Cariño, cariño y más cariño. Abrazos, besos, juegos, mimos y paciencia! Un “yo también te he echado de menos”. No le quites valor a lo que siente y ponle palabras a sus emociones, así irá aprendiendo a gestionarlas”.

Así que ya sabes, es un comportamiento normal que no tiene por qué indicar un problema (aunque en caso de duda, es mejor consultar con un profesional) y poco a poco la cosa irá mejorando conforme el niño se vaya autorregulando, creciendo y entendiendo cómo funciona el mundo.

¿Tus hijos se portan peor contigo que con el resto de personas?