Desde hace unos años se ha puesto muy de moda usar el aceite esencial del árbol del te para evitar a los temidos piojos en niños.

Se coloca unas gotas en el cuero cabelludo, o detrás de las orejas, se mezcla con su champú habitual o se prepara en spray para peinar a los niños porque se cree que el olor del aceite tiene un efecto repelente para los piojos.

Hace unos años saltó la alarma porque se vio que algunos niños varones estaba sufriendo ginecomastia prepuberal (crecimiento del pecho) y se vio la relación de este síntoma con el uso prolongado del aceite del árbol de te que estaban usando.

Después en una investigación parece que no quedaba tan clara la relación y se pensó que la causa en realidad era el plástico utilizado en los botes del aceite, que al reaccionar con él estaban provocando este problema.

Sin embargo la comunidad científica seguía alerta en este tema porque ya se ha visto que en la naturaleza existen otros disruptores endocrinos que pueden provocar muchos problemas hormonales.

Un nuevo estudio presentado en marzo 2018 por el biólogo J. Tyler Ramsey en la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología estadounidense (ENDO 2018)  ha confirmado que lo que se creía era cierto.

J. Tyler Ramsey es un investigador en el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS) que lleva preocupado por este tema diez años desde que se empezaron a ver casos de niños con ginecomastia.

En el estudio, seleccionaron 8 componentes que se usan en los aceites esenciales entre los cientos de productos que químicos que forman parte del aceite esencial: eucaliptol, 4-terpineol, dipenteno/limoneno y alfa-terpineol, acetato de linalilo, linalool, alfa-terpineno y gamma-terpineno.



Se observó el efecto que estos compuestos tenían sobre las células humanas y se confirmó que son disruptores endocrinos en grado variable.

Los compuestos estudiados tiene una estructura similar a los estrógenos e inhiben a la testosterona, por eso en niños puede provocar un crecimiento de las mamas y en niñas un adelanto de la pubertad: aparición de vello corporal, olor fuerte, aparición del botón mamario, etc.

“Nuestra sociedad considera que los aceites esenciales son seguros, sin embargo, poseen una cantidad diversa de productos químicos y deben usarse con precaución porque algunos de estos productos químicos son potenciales disruptores endocrinos” dice J. Tyler Ramsey en su estudio.

En el estudio también se vio que no todos los niños reaccionaban igual a los aceites esenciales, de hecho en algunos niños no tenían ningún efecto por lo que se cree que es posible que haya niños más sensibles a los efectos.

La buena noticia es que los efectos son reversibles porque al dejar de estar en contacto con el aceite esencial, desaparecen por completo los problemas.

Así que aunque todavía debe estudiarse mucho más este tema, de momento parece que hay que usar con mucho cuidado los aceites esenciales y en concreto el del árbol de te es mejor no usarlo de manera continuada.

¿Tú usas el aceite esencial del árbol de te? ¿has notado algún cambio en tus hijos?