Normalmente una vez que pasa el postparto y logramos iniciar nuestra lactancia y superar los primeros obstáculos suponemos que todo será así, y que continuaremos con nuestra hermosa lactancia sin cambios.

Pero llegan los tres meses y comienzan a pasar cosas extrañas y no nos explicamos si estamos haciendo algo mal o es verdad lo que dicen algunas personas de que no todas logran amamantar por mucho tiempo y tal vez seamos de ese grupo y sea mejor complementar con un biberón y poder estar más tranquilas.

Lo que te está pasando es algo más común de lo que te imaginas y que se llama crisis de los tres meses o brote de crecimiento.

De hecho la crisis de los tres meses no es el único brote de crecimiento que existe, solo que es el más común y conocido.

De hecho a los 17 o 20 días de vida surge el primer brote de crecimiento, surge otro a las 6 o 7 semanas, a los tres meses, que es el mas conocido, otro al llegar al año y otra a los dos años.

Así que la lactancia no es el camino plácido y sin cambios que pensamos sino que constantemente tiene cambios y adaptaciones tanto del bebé y como de nosotros.

¿Cómo reconocer la crisis de los tres meses?

Además obviamente de detectarla por la edad a la que sucede, existen varios signos que deben reconocerse para que no termines destetando al pensar que tu bebé ya no quiere el pecho, o te hagan pensar que necesita alimentación complementaria, rechaza tu leche o y que ya no produces suficiente leche.

  • Tu bebé se distrae al mamar, se suelta y mira cualquier cosa además de que llora constantemente. De noche toma tranquilo pero de día se distrae mucho.
  • Lo primero es que tu bebé no pedirá pecho tan a menudo como antes, lo cual puede hacerte pensar que rechaza el pecho
  • Las tomas se acortan y se suelta a cada momento
  • El pecho ya no se llena tan notoriamente como antes que se ponían enormes y como piedra, así que puedes pensar que ya no estás produciendo leche como antes.
  • Sigue creciendo pero sube de peso un poco menos que antes, o no engorda a la misma velocidad.
  • Puede bajar la frecuencia de las evacuaciones de tu bebé.

Todo esto tiene una explicación, antes que nada, tu bebé al ir creciendo comienza a estar mas consciente de lo que hay alrededor y por la lógica curiosidad cualquier ruido, persona o estímulo lo hace soltarse de inmediato del pecho y mirar para ver que es.

Además el bebé ya es experto en mamar y en unos minutos saca la leche necesaria, por lo cual parece que toma menos, no es eso, pero toma mejor y mas rápido.

Tu pecho ya aprendió cuanta leche producir, así que la subida de la leche ya no es tan notoria, por esa razón el pecho ya no se siente tan lleno, además con este cambio, los bebés necesitan succionar un poco más para que comience a salir la leche y algunos se molestan y desesperan.

Y todas estas causas pueden confundirte, además de la intervención de familiares con buenas intenciones pero mala información y profesionales poco actualizados que crean que esto significa el fin de la lactancia, cuando en realidad es sólo una etapa que se puede superar con un poco de paciencia y apoyo.

Te recomiendo, si tu bebé se distrae mucho o se suelta constántemente del pecho procures amamantarle en un lugar sin tantos estímulos, con luz baja para que no tenga tantos distractores cerca.

Asesórate, muchas personas piensan que esta crisis es el final de la lactancia, cuando es sólo una etapa más.

No te desesperes y tampoco esperes que tu bebé esté llorando o desesperado apra amamantarlo ya que eso hará mas complicada la toma.

¿Has pasado por esta etapa? ¿cómo lograste resolverlo? Cuéntame en los comentarios.