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Estamos en al Semana Mundial del parto respetado y después de hablar ayer mismo sobre violencia obstétrica, me gustaría que leyeras este relato de esta madre que ha tenido cuatro hijos y tiene experiencia para rato en cuestión de partos. Ella ha inaugurado recientemente su blog Twelve blue eyes en el que cuenta su experiencia criando a sus cuatro hijos.

Te dejo con su relato:

Soy Fany, Asturiana, 32 años y mama de cuatro hijos.

Mi primera hija vino cuando tenía 23 años, era primeriza, inexperta y todo lo que se pueda ser.

Fue un embarazo de 41+6, el día que me puse de parto e ingresé resultó que era un mal día porque había muchos partos programados. A día de hoy sigo alucinando con los razonamientos del personal aquel día, pero bueno, fueron 8 horas dilatando, sin epidural (no la quise, aunque insistieron y mucho), con acupresión, con lavativa (insistí porque soy bastante estreñida y sería una tranquilidad para los días posteriores), solo tuve calmantes que a la hora de hacer los pujos ya habían desaparecido, hubo mucha prisa en un momento dado, tenía que parir ya y me rompieron la bolsa.

En el paritorio me toco la novata de turno y una enfermera que me hizo una kriteller sin informarme, ni consentimiento, ni leches (de esto me enteré años después, en aquel momento la desinformación fue mi peor enemiga), ¿consecuencia? desgarro a pesar de la episiotomia, en total 25 puntos entre internos y externos (tuvo que venir la jefa de ginecología porque la novata no sabia coserme).

Una cicatriz que me acompañará el resto de mi vida y una recuperación lenta y dolorosa, mi hija gracias a dios perfecta.

No puedo decir que me creara trauma ni nada, en su momento consideré que había sido tan duro por ser el primero, que el que abre camino es el peor, que después la cosa mejora, así que mis ganas por volver a ser mamá no disminuyeron, quince meses después buscamos un hermano.

Así vinieron los gemelos, un embarazo muy distinto, muy emocionante hasta el último minuto, con 25 años me enfrenté a mi segundo parto.

Ingresé de 30 semanas sin tapon y dilata, di con una ginecóloga pésima que me amenazó literalmente si no me quedaba ingresada, que era una inconsciente corriendo riesgos y que volvería al día siguiente seguro (vivía a 900 metros del hospital), pero yo hice el reposo en mi casa, con mi hija, muy feliz y tranquila, tanto que los peques aguantaron hasta las 35+6, fue un parto muy distinto, era gemelar y ya sabía que sería en quirófano por si hubiese complicaciones.

La dilatación fueron 4 horas, también con lavativa, la acupresion fue imposible, los peques no me dejaban coger postura, con calmantes exclusivamente (volvieron a insistir en ponerme la epidural), también me rompieron la bolsa, en quirófano había muchísima gente (cosas de dar a luz en un hospital universitario y siendo un gemelar natural), entre estudiantes, ginecólogos, matronas, los dos equipos neonatales y demás, unas 27 personas.

El resto fue estupendo, una episiotomia innecesaria pero obligatoria por el desgarro del parto anterior, total 3 puntitos, mis hijos nacieron con 4 minutos de diferencia sanos y perfectos y mi recuperación fue maravillosa, un parto que repetiría.

Pero la vida me guardaba lo mejor para el final, con 30 añazos me enfrenté a mi último embarazo y parto, un peque que se hizo de rogar hasta las 41+3, aquí mi experiencia mandaba, rompí aguas en casa, novedad para mí, la dilatación fue exprés, ingresé de 8 cm, insistí mucho en la lavativa de nuevo, el parto fue muy tranquilo y calmando, solo una ginecóloga y una matrona estuvieron conmigo, escuche a mi cuerpo y deje que mi hijo decidiera.

Me coloqué como quise, como estaba mejor, ellas me seguían con los aparatitos de monitorizacion, no se dijo nada de epidural, fue natural, respetado, maravilloso, mi hijo nació en un par de empujones, hicimos piel con piel.

Después de 4 hijos por fin pude tener un parto normal, nadie nos molestó, lo tumbaron sobre mi, tardaron cerca de dos horas en cortar el cordón, al final fue hora y media de parto, un broche de oro a mi maternidad.

Resumen, 4 hijos, 3 partos, ninguno con epidural, el primero horrible, no respetado, lo consideran natural pero fue forzoso, el segundo fue protocolario, respetado lo posible nada más, y el último fue natural, respetado y maravilloso.