Por casualidad me topé hace unos días con este video en el que el músico Bobby Mcferrin demuestra la “Magia” de la escala pentatónica en el evento World of Science Festival:

Bobby Mcferrin y la escala pentatónica

Supongo que llamaron a Bobby Mcferrin y le dijeron “tienes que preparar una conferencia sobre neuronas y música” y el tío se presentó con esto 🙂

El mensaje que da Bobby Mcferrin es impresionante. Por un lado demuestra que todo el mundo es capaz de aprender música y tira por tierra muchas creencias que opinan que sólo los que tienen capacidades especiales pueden aprender música.

Por otro lado, en una serie de conferencias que presupongo aburridillas, algo como esto es un soplo de aire fresco, es divertido, ameno, curioso y además es bonito. Seguro que todos los asistentes recordaron la charla de Bobby Mcferrin y no puedo asegurar que se acuerden del resto de charlas.

Además, no sé que tal se desencuelve Bobby Mcferrin con un power point, o si sabe hablar en público, o si sabe dar el toque justo de seriedad y chistes que necesitan los buenos discursos. Pero lo que sí sé es que como músico es un genio y él también lo sabe, por lo que adaptó la temática del evento a su especialidad, se saltó un poquito las normas y triunfó.

Pensando un poco más en el video, me pregunto por qué no pueden pensar en adaptar algo parecido en los conservatorios de música y hacer que los alumnos se diviertan mientras aprenden música.

La música, algo creativo que debería ser divertido y entretenido y que en los conservatorios se convierte en la cosa más aburrida del mundo. Mi hermano y yo, sin ir más lejos, abandonamos el conservatorio por puro aburrimiento.

Y si vamos aún más lejos ¿qué pasaría si en la escuela los niños pudieran divertirse? ¿qué pasaría si leer fuera entretenido? ¿qué pasaría si los niños se rieran mientras aprenden matemáticas? ¿aprenderían menos acaso? ¿acaso han tardado mucho en aprender los asistentes de Bobby Mcferrin la escala pentatónica?

Siempre pensamos que para aprender algo hay que esforzarse mucho, practicar y prcaticar, perder horas estudiando, aburrirse, hincar codos…y quizás hay otras formas más divertidas pero igual de efectivas.

¿qué pensáis? ¿es posible que existan formas divertidas de aprender? ¿llegarán algún sía a nuestros colegios?