Desde que soy madre todos los veranos se repite una situación una y otra vez, y por más que  lo vea, no logro acostumbrarme a ella. Esta situación suele surgir como un comentario, a veces jocoso, entre varios padres o madres hablando entre ellos y comentando las ganas que tienen de que empiece el cole de una vez.

Además hay veces que la frase se acompaña de otras más…”fuertes” como por ejemplo ” a ver si descanso de los niños” “qué ganas tengo de perderlo de vista” “está insoportable, a ver si empeiza pronto el cole y me deja en paz” y otras lindezas diversas.

Generalmente el resto de adultos que oyen estas frases suelen reirse y o bien contribuyen con sus propias frasecitas similares o bien asienten con la cabeza dando la razón.

Yo no digo nada, generalmente cambio de tema porque me parece demasiado incómodo contribuir a esa conversación. Pero lo cierto es que me parece tremendo que los padres digan eso de sus hijos y muchas veces incluso delante de ellos, como si no escucharan lo que dicen de ellos.

Y que conste que entiendo que hay personas que realmente lo tienen muy complicado para conciliar las vacaciones escolares con las vacaciones del trabajo y en parte este es uno de los motivos por los que quieren volver a la rutina, pero no este el caso al que me refiero.

Yo lo siento, pero es que me chirrían un montón estas cosas. Es como si yo dijera a una amiga “¡ay, qué ganas tengo de que mi marido vuelva a trabajar y me deje un poco tranquila! ¡porque hay que ver lo largas que se me están haciendo las vacaciones con el pesado este todo el rato aquí!” ¿qué pensaría mi amiga? y lo más importante ¿qué pensaría mi marido si me escuchara?

Pues seguramente pensaría lo que piensan los niños. Que nos molestan, que no queremos estar con ellos, que son un estorbo y que queremos perderlos de vista.

Pues no señores, yo no quiero que mi hija vuelva al colegio. Estoy encantada de tenerla en casa dos meses y ojalá fueran tres.

Es cierto que en vacaciones, al estar más tiempo juntos, pueden surgir más roces y a veces se discute más…pero bueno, eso forma parte del encanto de la convivencia y a mi me encanta no madrugar, poder improvisar planes, acostarnos tarde, ir a la playa y a la piscina, quedar con amigos, aburrirnos….

En fin, que la semana que viene empieza el colegio de nuevo y yo confieso que no tengo ningunas ganas. Soy así de rara 🙂