Pues sí, mi hija Alejandra tiene ya un mes! casi no me lo creo, porque parece que fue ayer cuando estaba en el hospital con unas ganas locas de llegar a mi casa y ahora ya ha pasado más de un mes desde entonces…aunque la percepción del tiempo es muy relativa porque según mi hija mayor “hace muchísimo tiempo que nació Alejandra”.

Bueno, que me voy por las ramas…el tema es que en este primer mes de vida, mi hija sólo ha tomado pecho y está sanísima, preciosa y con unas lorzas que ya las quisieran los de Dodot para sus anuncios.

Es estupendo ver cómo está creciendo mi bebé con mi pecho, me produce un orgullo muy tonto…es como que me siento “poderosa”, soy capaz de alimentar a mi hija y que esté sanísima y todo gracias a que mi leche es “milagrosa”.

Bromas aparte, la lactancia materna produce unos sentimientos tales que te ponen la autoestima por las nubes. Deberían decir en todos los libros de crianza que dar el pecho al bebé ayuda a evitar la depresión post-parto, pero no por sentirte más unida al bebé (que también) sino por que te sientes grande, imprescindible, orgullosa de ti misma, contenta por tu tesón y tu entrega…

Siento pena por las madres que han intentado dar el pecho y no han podido por el motivo que sea. Aunque sólo fuera por el sentimiento de grandeza que da el saber que tu pecho alimenta y da salud a tu bebé, los profesionales de la salud deberían fomentar mucho más la lactancia materna.

Además, me siento ahorradora porque dar el pecho es gratis!