Mis suegros veranean en la playa de Málaga y todos los veranos nos suelen invitar a su casa durante unos días. No solemos ir más de 5 ó 7 días, porque el trabajo no nos deja alejarnos mucho de casa, pero aún así aprovechamos esos días para relajarnos un poco, tomar el sol, dejar que los abuelos disfruten de sus nietas, tomar pescado del bueno y esas cosas que se suelene hacer en vacaciones.

El pasado mes de agosto también preparamos el viaje, pero yendo desde Valencia y con dos niñas pequeñas, decidimos viajar en avión. Como sabíamos las fechas en las que íbamos a coincidir con mi cuñado con bastante antelación, buscamos un vuelo que fuera lo más barato posible y que tuviera un horario adaptado a niñas pequeñas.

Ya nos habían avisado de algunas tonterías que la compañía Ryanair hacía con sus pasajeros, incluso yo misma presencié hace un par de años como dejaron en tierra a una pobre chica que tenía la pierna escayolada porque para subir al avión necesitaba un informe de su traumatólogo en INGLES donde se especificara que la escayola iba a aguantar el viaje y todo eso…pero bueno, a pesar de todo, los billetes más económicos y con mejor horario eran de Ryanair, así que me decidí a comprarlos.

Su web me pareció horrible y realmente estudiada para que pagues mucho más por tus billetes. Te seleccionaba por defecto servicios que se pagaban a parte como un seguro de viaje, extra de maletas y cosas similares. Era bastante cansado estar todo el rato seleccionando, confirmando y reconfirmando que NO quería contratar un servicio especial como ser la primera en embarcar.

Y para más inri, cuando ya estaba metiendo los datos de la tarjeta y realizar el pago, resulta que hay que pagar un recargo también por pagar con tarjeta en internet. Todas las tarjetas bancarias tenían un recargo excepto la tarjeta especial de Ryanair ¡qué curioso fíjate! pero bueno, pagué el dichoso recargo de 12 euros y compré los billetes.

El día del viaje, mi hija mayor estaba super emocionada con el hecho de ver a sus abuelitos y por supuesto, poder subir a un avión. Hicimos las maletas con muchísimo cuidado de no sobrepasar el peso máximo de 10 kg. sobretodo teniendo que cuenta que Alejandra, a pesar de pagar billete y no ocupar asiento, no tenía derecho a llevar maleta, porque lo que sólo podíamos llevar tres.

Pues eso, el día D vamos al aeropuerto con nuestras tres maletas y el carrito de la pequeña. Hacemos la cola de rigor para que nos permitan llevar el carro en el avión (1 hora más o menos de cola), hacemos la cola de rigor para pasar por el detector, hacemos la cola de rigor para embarcar en el avión y no nos dejan subir porque las niñas no llevan el pasaporte.

Resulta que en España los niños que van a volar en vuelos nacionales (como el nuestro que era Valencia-Málaga) deben hacerlo con el libro de familia para ser identificados. Nosotros llevábamos el libro de familia que es lo que se debe hacer, pero resulta que Ryanair dicta sus propias normas…o eso parece.

Así que nos quedamos en tierra, con Pilar llorando porque quería ir a ver sus abuelitos y un cabreo monumental.

En la comisaría de policía nos dijeron que ese episodio pasa todos los días muchas veces. De hecho, en ese rato que estuvimos nosotros allí les pasó a 4 familias y todas hicimos lo mismo: poner una reclamación y buscar una forma alternativa de viajar.

Así que al día siguiente por la mañana cogimos el coche, el DVD portátil, varios juguetes pequeños y un termo de café y nos fuimos a Málaga. ¡qué remedio! no pensaba dejar que unos impresentables nos fastidiaran los únicos días de “medio vacaciones” que íbamos a tener y además, queríamos compensar un poco a mi hija por el disgusto que se llevó.

Dos meses después todavía recuerdo la mala leche que se nos puso en el cuerpo, la impotencia que sentimos, a mi hija llorando en el aeropuerto sin entender por qué no podíamos subirl avión… y no creo que se me olvide en mucho tiempo.

Así que, en mi familia odiamos a Ryanair.

Además, he visto que se han creado grupos de facebook de personas que odian a Ryanair y que existe un blog que se ha creado especialmente para contar las burradas que hacen. Veo que no somos los únicos 🙂