Esta semana la voy a dedicar al tema de los límites en la crianza en el blog y para ello he empezado con este podcast en el que reflexiono si la crianza con apego y los límites son incompatibles.

También estaré haciendo un directo en facebook y otro en Instagram para explicar mi punto de vista y por qué pienso que no está reñido criar con respeto con poner límites (tanto a nuestros hijos como al resto del mundo).

De momento te dejo con el podcast ¡Espero que te guste!

Si te ha gustado o crees que puede ayudar a alguien no dudes en compartirlo y si tienes algo que decir, te leo en los comentarios 😉

 

Y si prefieres leer, aquí te dejo una transcripción rápida del podcast:

Existe un mito muy extendido, que al igual que otros mitos es completamente falso. Es un mito que dice que las personas que criamos con respeto o con apego, dejamos hacer a nuestros hijos lo que quieran y por tanto los niños no tienen límites.

Me llama la atención la cantidad de mitos que hay en nuestra sociedad que luego se demuestran falsos:

  1. los heavies o personas que escuchan música fuerte son agresivos
  2. los niños que toman pecho mucho tiempo son dependientes de sus madres
  3. los vegetarianos están delgados

Lo cierto es que se ha visto que precisamente, la gente que escucha heavy metal suelen ser mucho más tranquilos que otras personas, los niños que maman muchos años no son dependientes de sus madres sino todo lo contrario y los vegetarianos no tienen por qué estar delgados porque vale, no comen carnes pero hay algunos que se forran a pasta y pan.

Lo mismo ocurre con los que piensan que las familias que criamos con respeto, no podemos o sabemos poner límites.

Es una visión muy sesgada de la realidad.

Vale, no digo que haya familias en las que ocurra esto, porque hay personas que han malinterpretado la autorregulación de los niños, con ser asilvestrados.

Es cierto que si no intervenimos hay cosas en las que se puede conseguir una autorregulación que es mucho más beneficiosa que cualquier otra cosa, pero esto ocurre en temas puramente fisiológicos como puede ser la alimentación o el sueño infantil.

Es decir, aunque no hagas nada, los niños acaban durmiendo del tirón y aprenden a masticar y además, si les dejas, son capaces de controlar lo que comen sin caer en comer mierdas todo el día (otro día hablaremos de estos temas si os interesan).

Pero, si hablamos de vivir en sociedad, respetar al prójimo y cumplir con unas normas sociales, aquí la autorregulación no es posible.

porque no se vive igual en nuestra sociedad que en Katmadú, entonces somos los padres los que debemos indicar a nuestro hijo cómo comportarse, qué cosas se deben hacer y qué cosas no, qué cosas pueden molestar a los demás, etc.

Porque si no, corremos el riesgo que nos pase como esos padres que acudieron a un programa de TV a explicar por qué no ponían límites a su hijo para que autorregulara solo y el niño se cagó en el plató y en directo, delante de todas las cámaras.

Ese niño debe saber que ese no es un comportamiento aceptable, pero nadie se lo ha explicado.

Obviamente esto es un caso extremo y en la mayoría de las familias esto no es así y lo que suele pasar es que porque hay cuatro gatos por ahí que no educan a sus hijos, todos los demás pagamos el pato

Y no, la crianza respetuosa no está reñida con los límites, pero sí está reñida con el “porque yo lo digo”, así que cuando yo quiero que mis hijas se comporten de determinada manera se lo tengo que pedir, con respeto y explicando por qué. Les hago entender lo que sienten los demás, les explico que su comportamiento puede molestar a los demás y que a nosotras no nos gusta que nos molesten.

¿Y cuántas veces hay que repetirlo? mil veces, sobretodo mientras son pequeños, porque se olvidan y porque necesitan evaluar que los límites siguen ahí y son siempre los mismos.

Entonces…¿es incompatible la crianza respetuosa con los límites? definitivamente NO, es un mito absurdo y en nuestra mano está que deje de serlo.