La semana pasada tuve la suerte de ser invitada a un evento organizado por Ser padres en el que la doctora Herrero, ginecóloga, experta en enfermedades de transmisión sexual y miembro del equipo médico de la web Salud Sexual para todos nos estuvo explicando todo lo relevante acerca del virus del papiloma humano.
Este tema me interesa especialmente por muchos motivos.
Primero porque tengo hijas y por el momento sólo se está vacunando a las niñas según el calendario vacunal.
Segundo porque mi hija mayor tiene doce años y este año ya le tocaba la primera dosis de la vacuna del papiloma, por tanto el tema me pillaba bien de cerca.
Tercero porque soy farmacéutica y aunque no ejerza como tal desde hace muchos años, todo lo que sea aprender más sobre estos temas siempre me interesa.
En la charla estuvimos aprendiendo muchas cosas acerca de este virus y por ejemplo vimos que no se comporta como otros virus que otorgan inmunidad (como por ejemplo el del sarampión) y que el contagio es por mantener relaciones sexuales y no es necesaria la penetración para que ocurra el contagio (por tanto el preservativo no evita el contagio aunque puede “amortiguarlo”).
Además puede estar muchos años en nuestro cuerpo sin dar ningún síntoma por lo que el contagio ni siquiera es evidente y ahí radica su peligro por lo que se calcula que el 80% de la población va a estar en contacto con el virus a lo largo de su vida.
Muchas veces no da ningún síntoma y otras veces únicamente muestra verrugas genitales, pero en otras ocasiones puede provocar cáncer tanto en hombres como en mujeres.
Se recomienda la vacunación antes del primer contacto sexual para prevenir completamente el contagio y desde hace años la edad de vacunación se ha bajado a los 12 años, pero desde los 9 años se podría poner.
Hay más de 100 tipos del virus del papiloma humano pero no todos ellos son peligrosos, por eso las vacunas se han centrado en los peores para evitar el contagio y proteger a la población.
Hay tres tipos de vacunas:
- Cervarix: protege frente a los tipos 16 y 18 (responsables del 70% de los cánceres de cuello de útero)
- Gardasil: que protege frente a los tipos 6, 11, 16 y 18 (que además de proteger del cáncer protege el 90% de casos de verrugas genitales)
- Gardasil 9: que protege frente a los tipos 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 (protegiendo ya el 85% de los casos de cáncer y las verrugas genitales)
Obviamente la más completa es la Gardasil 9 y si se puede escoger es la que se debe poner.
Hay que saber que según la Asociación Española contra el Cáncer ” “El cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente en mujeres después del de mama en el mundo (con aproximadamente 500.000 nuevos casos al año en todo el mundo) y el quinto de todos los cánceres.” así que no debemos confiarnos y debemos hacer lo que esté en nuestra mano por prevenirlo.
¿Y a los niños varones los vacunamos? ¿Y los adultos?
Lo ideal sería vacunar a los niños varones, pero desgraciadamente su vacuna no la costea la seguridad social (aunque en mi opinión debería hacerlo) porque los varones son una fuente de contagio y además también pueden sufrir verrugas genitales y cáncer relacionado con el VPH.
En cuanto a los adultos tampoco es ninguna tontería vacunarse porque aunque ya hayas estado expuesto al virus, la vacuna te protege para desarrollar enfermedades relacionadas con él. De hecho se han visto casos de éxito incluso en pacientes con cáncer de cérvix que se vacunan una vez recuperadas, porque disminuya bastante la probabilidad de reincidir.
Para más información sobre el tema puedes visitar la web Salud Sexual para todos o consultar con tu ginecólogo.
Deja tu comentario