Durante los primeros 4 años de mi hija Pilar yo estaba trabajando en una empresa en la que, a pesar de tener bastante buen horario (8-15 h.) no se podía faltar así como así por enfermedad de niños, revisiones y demás (o por lo menos en mi departamento no estaba bien visto…). Además, vivíamos en Madrid, lejos de la familia, por lo que cada vez que Pilar se ponía enferma, que fueron muchas, su papi y yo teniamos que hacer verdaderos malabares para poder estar con ella y cuidarla. Incluso varias veces le pedí a mi madre que viniera desde Valencia para quedarse con ella mientras yo trabajaba.

Después de nacer mi hija Alejandra (casi 2 años), di un cambio radical a mi vida y dejé mi trabajo para montármelo por mi cuenta y salir de la carrera de las ratas ( y en esas estoy 🙂 ) con lo que mi horario es totalmente flexible y adaptado a mis hijas.

Aprecio muchísimo poder acompañarlas a sus eventos infantiles, poder comprarle los difraces de baile de fin de curso, poder asistir a reuniones escolares por la mañana sin montar un lío de narices ni pedir 3 favores…pero lo que más aprecio de esta vida que me he montado es poder estar con ellas si se ponen enfermas.

Alejandra estuvo con fiebre todo el fin de semana y el domingo pasó muy mala noche, así que ayer lunes se quedó durmiendo hasta las 9 y media y no fue al cole. Desayunamos juntas, jugamos un rato y después nos dimos un baño juntas. No paraba de pensar en la suerte que tengo de poder estar con mi hija en esas situaciones.

Para más inri esta noche es Pilar la que ha tenido fiebre y ha pasado mala noche. ¡Pues nada! no hay problema, obviamente no me alegro de que mi hija se ponga enferma…pero sí le estoy sacando el lado positivo a estar juntas y hoy tenemos día pijamero, viendo pelis, durmiendo siesta, tomando leche calentita y esperando a que mis hijas se pongan bien.

Tengo mucha suerte, porque en otras circunstancias Alejandra habría ido ayer al cole medio malita en pleno periodo de adaptación y Pilar hoy habría estado con alguien que no sería yo. Y yo … estaría en la oficina super preocupada por mis hijas, con ganas de llorar y totalmente agotada por no dormir, pero disimulando para que no se note y no vayan a pensar que por ser madre no puedo trabajar…

¿y vosotros? ¿cómo os organizáis cuando vuestros hijos se ponen malitos?