Un buen agarre del bebé al pecho es fundamental para conseguir una lactancia exitosa, esto lo tenemos todos claro, sin embargo hay muchos bebés (seguro que todos conocemos alguno) que no se coge bien al pecho, ocasionando muchos problemas y en numerosas ocasiones, terminando con la lactancia porque se pueden producir grietas, mucho dolor, insuficiente producción de leche o poca ganancia de peso del bebé.

El bebé debe abrir bien la boca para agarrar no sólo el pezón, sino también parte de la areola y es conveniente que los labios estén evertidos hacia afuera para poder realizar una adecuada succión-deglución de leche.

Como asesora de lactancia, cuando una mamá me consulta porque su bebé no se coge al pecho, es evidente que tengo que estudiar su caso particular e intentar personalizar lo máximo posible, porque cada mamá, cada bebé y cada vínculo mamá-bebé son distintos.

Sin embargo, hay algunos motivos que se repiten en la mayoría de los casos.

1. Separación mamá bebé

La evidencia científica demuestra que la separación mamá-bebé en el momento del nacimiento es perjudicial para ambos.

Según Niels Bergman en un estudio que realizó entre dos grupos de recién nacidos, ambos grupos recibían exactamente los mismos cuidados pero uno de ellos estaba separado de su madre y el otro no “Si se separa a la criatura de su madre, el programa de nutrición se cierra y se abre el de defensa; la criatura entra en un estado de alerta, y protesta mediante el llanto reclamando ser devuelta a su hábitat. La criatura separada de la madre realiza una actividad intensa que cursa con una bajada de la temperatura corporal, disminución del ritmo cardíaco y respiratorio, taquicardias y apneas, inducidas por el aumento masivo de glucocorticoides (hormonas del stress). Y si la criatura es mantenida separada de la madre durante tiempo, llorará cada vez con más desesperación, y pasará del estado de alerta al de desesperación, hasta que el cansancio le rinda.”


Además, aproximadamente durante las dos primeras horas de vida los bebes recién nacidos están especialmente receptivos, miran intensamente a su madre, la reconocen y se agarran al pecho. De hecho, cuanto antes se ponga un bebé encima de su madre, mejor para conseguir un agarre perfecto y una lactancia satisfactoria.

Sin embargo, en la mayoría de los hospitales se separa al bebé de su madre. En el mejor de los casos, sólamente para pesarlos, medirlos, vestirlos y hacerles algunas aspiraciones rutinarias y en el peor de los casos en los nidos durante horas e incluso durante toda la noche.



Además, la separación física entre la mamá y su bebé tras el nacimiento, puede aumentar también su separación emocional, retrasando y a veces dificultando el “enamoramiento” de la mamá.

2. Falta de referentes

La mayoría de las personas de mi entorno no dan el pecho a sus bebés. O no se lo dieron desde el principio o lo intentaron y la lactancia fracasó por algún motivo. Y no es que yo me mueva entre gente contraria a la lactancia, es que en nuestra sociedad se ha dicho durante muchos años que la leche de biberón es igual de buena, que los bebés se alimentan igual y que no pasa nada por tomar biberón. De hecho es mucho más “normal” (y cuando digo normal quiero decir habitual) ver a una mamá dando un biberón en un parque que dando el pecho.

En mi familia sin ir más lejos, yo he sido la única que he conseguido dar el pecho, porque nosotras somos de no tener leche…

Desde hace unos años, la ciencia ya se ha puesto seria y cada día salen nuevos estudios que demuestran que la leche materna es el alimento óptimo para un bebé y que la leche artificial no es similar y casi igual de buena. Es un invento estupendo para las mamás que no pueden o no quieren dar de mamar, pero lo siento, no es igual.

Sin embargo, aunque la mayoría de las embarazadas quieren dar el pecho a sus bebés, sólo un 37% consigue dar el pecho en exclusiva durante los seis meses que recomienda la OMS y la Asociación Española de Pediatría…¿y esto por qué? pues porque dar el pecho no es instintivo, las mamás no saben colocarse el bebé porque muchas no han visto nunca a un bebé mamando.

Además, existen un gran número de mitos y falsas creencias en la lactancia, que inexplicablemente se extienden como un gas noble y que incluso muchos profesionales sanitarios se creen. Esto de los mitos de la lactancia es tan extenso que da para muchos otros post.

Esto hace que las mamás que deseen dar el pecho y no tengan la suerte de tener un grupo de apoyo a la lactancia cerca o a alguna mamá perteneciente a ese 37% en su entorno más cercano, se encuentren solas como una isla en el mar…y eso es muy duro.

3. Frenillo sublingual del bebé o retrognatia

En algunos casos, el bebé puede tener un frenillo debajo de la lengua demasiado corto (anquiloglosia) que le impide mamar correctamente.

El bebé necesita poder sacar la lengua al mamar, para coger bien el pecho y realizar los movimientos peristálticos necesarios para extraer la leche y vaciar bien el pecho. Si el frenillo se lo impide, se pueden producir muchos problemas: grietas y dolor, poca ganancia de peso del bebé, infecciones bacterianas del pezón, poca producción de leche o al contrario (hiperproducción).

Sin embargo, muchos bebés con frenillo sublingual toman pecho perfectamente. Mis hijas sin ir más lejos, han mamado sin problemas ( y de hecho la pequeña todavía toma pecho) y ambas tienen un precioso frenillo 🙂

En cualquier caso, el frenillo sublingual se puede cortar en 2 segundos y se solucionan todos los problemas de un plumazo.

Lengua sin frenillo

Lengua sin frenillo (foto: ALBA Lactancia Materna)

 

En la retrognatia la mandíbula inferior está retraída en relación a la superior, y la barbilla y la lengua quedan alejadas del pecho. Y esto también impide amamantar correctamente.

Un bebé con retrognatia succiona mal, tiende a cerrar mucho la boca, no aumenta bien de peso y daña el pezón de su madre. La posición de caballito para mamar puede mejorar la succión ya que introduce más pecho dentro de la boca del bebé.

4. Falta de intimidad y confianza en una misma

Después del parto, la mamá debería estar fusionada con su bebé, oler su piel, mirarlo intensamente, besarlo, abrazarlo, sentirlo y conocerlo ya que ha esperado durante nueve meses para verle la carita.

Pero generalmente la realidad es totalmente distinta. La habitación del hospital se llena de gente, todos opinan y quieren ayudarla pero la estresan, a algunas mujeres les resulta muy incómodo dar el pecho en público, especialmente en el post parto y sin embargo nadie parece darse cuenta, quieren coger al bebé, cualquier persona (haya dado el pecho o no) da consejos sobre lactancia…

No es un escenario muy relajante para poder acoplarte a tu nuevo rol de madre y para superar alguna dificultad…

Además, las mujeres tenemos que aumentar nuestra confianza en nosotras mismas, tenemos la capacidad para alimentar a nuestros bebés un con nuestra leche, es el mejor alimento que puede recibir y es un vínculo precioso que nadie debería romper.

Cualquier mujer es capaz de dar el pecho, sólo tiene que creerlo. De hecho, si esto no fuera así, la humanidad se habría extinguido hace miles de años ¿no?

¿y vosotras? ¿tuvisteis algún problema o el bebé se “cogió al pecho sin problemas”?