Hay un recurso que propone la psicóloga Jane Nelsen en su libro “Como educar con firmeza y cariño” para evitar conflictos en el seno de la familia y para mejorar la convivencia que se llama las Reuniones de Familia.

Es una forma bastante respetuosa y democrática de llegar a acuerdos entre los integrantes de una familia donde todos pueden opinar todos son responsables de llevar a cabo los acuerdos.

¿En qué consiste?

Básicamente es una reunión en la que participan todos los miembros de la familia y en la que todos tienen voz y voto.

Se necesita una agenda o cuaderno para anotar la fecha, los temas tratados en la reunión, los acuerdos a los que se ha llegado y las tareas de cada uno.

Toda la familia se reúne en círculo sin televisión ni nada que distraiga la atención (si hay niños pequeños de cuatro años pueden moverse y decidir si quieren participar o no en la reunión).

Al comenzar la reunión, Jane Nelsen propone comenzar por hacernos cumplidos los unos a los otros. Cada miembro de la familia debe decir algo positivo de todos los demás de forma individual, de esta forma, la reunión comienza con un ambiente más relajado y positivo.

Una vez terminados los cumplidos, el presidente de la reunión (que es un cargo que debe ir rotando para que todos lo ostenten alguna vez, incluidos los niños) da la palabra a quien necesite comentar algo: algún desacuerdo con alguien, alguna norma que no le gusta y quiere cambiar, alguna nueva norma que quiere proponer…etc.

Cuando esta persona termina de exponer su “problema” todos los miembros de la familia deben aportar ideas para la resolución del mismo teniendo en cuenta que no se trata de buscar culpables o castigar a nadie, se trata de resolver un problema que a algún miembro de la familia le molesta.

La autora recomienda usar la regla de las tres R y una U para encontrar soluciones a los problemas sin buscar castigos ni consecuencias: La solución debe ser Relacionada, Respetuosa, Razonable y Útil.

En el libro hay un ejemplo muy significativo de búsqueda de soluciones RRRU:

Durante una reunión de clase, se pidió a los alumnos de una clase de quinto que sugirieran consecuencias lógicas para dos compañeros que no habian oído el timbre del recreo y habían llegado tarde a clase. La lista obtenida fue la siguiente:

1. Hacerles escribir su nombre en la pizarra

2. Hacerles quedarse después de clase el número de minutos que se han retrasado

3. Restar del recreo de mañana el mismo número de minutos que se han retrasado hoy

4. Dejarles sin patio mañana

5. Gritarles

Se pidió a los alumnos que dejaran de pensar en consecuencias y sugirieran soluciones para ayudar a los mencionados alumnos a llegar puntualmente a clase. La lista de soluciones fue la siguiente:

1. Todo el mundo podría gritar a la vez ¡Timbre!

2. Los alumnos podrían jugar más cerca del timbre

3. Los alumnos podrían estar pendientes de los demás para ver cuándo entran

4. Regular el timbre para que suene más fuerte

5. Los alumnos podrían escoger un compañero para que les recuerde que es hora de entrar

6. Alguien podría darles un golpecito en el hombro cuando suene el timbre

Creo que se entiende perfectamente la diferencia de buscar culpables y castigos y buscar soluciones que aporten valor.

En la reunión se toma nota de todas las soluciones propuestas y se estudia una a una para ver si son RRRU, si nos gusta o si estamos dispuestos a cumplir la tarea.

Las soluciones acordadas por consenso se apuntan y se pasa al siguiente turno. Así hasta que se han estudiado todos los puntos pendientes.

Hay que destacar que las reglas son para todos y el cumplimiento también. Si se ha acordado que hay que recoger los platos después de cenar y ponerlos en el lavavajillas, nadie puede escaquearse de esa tarea, ni los niños ni los papás.

¿Por qué funcionan las reuniones de familia?

– Porque todos participan en las soluciones. Los niños están más implicados si han participado en la propuesta y si su opinión se ha tenido en cuenta.

– Porque es una forma respetuosa de encontrar soluciones a los problemas de convivencia.

– Porque los niños también pueden controlar el cumplimiento de las tareas por parte de sus padres.

– Porque los niños también pueden proponer temas en las reuniones de familia.

– Porque se puede aprender que los errores son una oportunidad para aprender.

– Porque evita las luchas de poder compartiendo el control.

– Porque los padres damos ejemplo de saber escuchar, negociar y debatir…sin duda unas competencias que queremos que nuestros hijos adquieran.

¿Y qué pasa si no se cumple el acuerdo?

Jan Nelsen apunta en su libro que es importante intentar mantener el acuerdo adoptado en la reunión familiar, que no hay que rescatar a nuestros hijos si no cumplen lo acordado y que debemos confiar en su capacidad de resolver los problemas.

Además, también avisa que muchas veces las cosas empeoran antes de empezar a mejorar y que las reuniones de familia se pueden utilizar también para revisar los incumplimientos y recordar las tareas.

A mi me encanta celebrar reuniones de familia. Me parecen una oportunidad impresionante para escucharnos y trabajar juntos por mejorar nuestra convivencia familiar. Fue un poco complejo al principio y tuve que revisar varias veces el libro en nuestras primeras reuniones para sacar ideas, pero luego le fui pillando el truco.

El tema es tan extenso que la autora ha sacado varios libros dedicados sólo a explicar las reuniones de familia y a dar herramientas a los padres para que su funcionamiento sea el adecuado.

¿Y vosotros os reunís para llegar a acuerdos en familia?