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Normalmente se entiende como lactancia prolongada como lactancia materna a niños mayores de un año, pero ese término no es muy correcto, porque puede crear confusión dando a entender que la lactancia a niños mayorcitos no es algo “normal”.

Sin embargo debería ser lo habitual porque tenemos que recordar que las recomendaciones de la OMS, la Asociación Española de Pediatría y el resto de Asociaciones de Pediatría son claras: se recomienda dar lactancia materna en exclusiva los seis primeros meses de vida del bebé y combinada con otros alimentos hasta al menos dos años de edad. Y a partir de ese momento, hasta que la madre y el niño lo deseen (no existiendo ningún impedimento ni físico ni psicológico para continuar con la lactancia).

Cuando una madre da el pecho a su bebé, a pesar de enfrentarse a muchísimos mitos erróneos y en muchas ocasiones,  tener que luchar contra corriente para defender su lactancia, la opinión generalizada es positiva. Es más sencillo que reciba apoyo y miradas aprobadoras.

No ocurre lo mismo cuando una madre amamanta a su hijo que ya anda, habla y tiene dientes.

Constantemente recibe comentarios negativos y desaprobación por parte de su entorno, de la sociedad e incluso por parte del personal médico (que contrariamente a lo que pensamos, muchas veces no apoya la lactancia materna).

De hecho, se comprobó en un estudio que se realizó en Reino Unido en 2013, que la mayoría de mujeres que amamantan a bebés y niños mayores, se enfrentan a críticas constantes y esto provoca que se vena presionadas a destetar cuando no querían hacerlo.

Madres que están a gusto con sus lactancias y niños que maman encantados de la vida, que se ven “obligados” a esconderse o a dejar el pecho porque el resto del mundo presiona a más no poder.

Mitos absurdos como que los niños serán más dependientes psicológicamente o que la leche a partir del año ya no tiene propiedades siguen existiendo.

Sin embargo, hace unas semanas el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría publicó un documento que habla expresamente de lactancia materna prolongada y que deja bien clara la postura que deberían tener todos los pediatras (al menos en España).

Es una fantástica herramienta para que las madres que dan el pecho a niños mayores puedan sentirse más tranquilas frente a las críticas y para que puedan enseñar el documento cuando alguien (sea un vecino, un pediatra o un familiar) le presione para destetar a su hijo.

La conclusión del documento es clara:

La lactancia materna es una fuente de salud presente y futura. A mayor duración mayor es su beneficio potencial. Se recomienda mantenerla hasta los 12-24 meses y posteriormente todo el tiempo que madre e hijo deseen. Es importante que las decisiones y necesidades de cada familia se vean respetados, sea cual sea la opción que elijan.

La principal dificultad a la que se enfrentan las madres de lactantes mayores es el rechazo social. Por ello, desde el Comité de Lactancia Materna de la AEP queremos apoyar a todas las mujeres que han decidido amamantar, sea cual sea la edad de sus hijos, con el fin de contribuir a normalizar la lactancia materna más allá del primer año.

¿Qué te parece el documento? ¿has recibido críticas por dar el pecho a tu hijo? Cuéntame en los comentarios 😉

 

Foto Pixabay