Hace unos días, encontré un fantástico artículo en el blog 4 en la cama que hablaba de algo que yo muchas veces me planteo con mis hijas: el hecho de mantener la vista en el largo plazo en temas de educación y crianza.

A veces es difícil hacerlo porque siempre vamos con prisas, hay que “quedar bien”, hacer las cosas “porque toca” y muchas otras obligaciones impuestas a veces por nosotros mismos y otras por la sociedad.

Pero si consigues pasar un poco del qué dirán y de lo que se “debe hacer” en esta sociedad tan rígida y enferma que tenemos, te das cuenta que si quieres que tus hijos sean personas creativas, con capacidad de tomar decisiones, con empatía, con seguridad en sí mismos, que no se dejen pisar por nadie pero que respeten a todos, que sean inteligentes, creativos, que sean responsables, etc. tendrás que tratarlos así.

Es decir, no podemos criar niños obedientes, calladitos y apocados que luego de adultos sean creativos y valientes. Eso no es posible.

Si queremos que sean respetuosos, debemos respetarles.

Si queremos que sean valientes y tomen decisiones en su vida de forma responsable, debemos dejarles decidir. Y de la misma manera, debemos dejar que se equivoquen y que asuman sus decisiones, tanto las acertadas como las que no lo son.

Si queremos que tengan empatía, debemos ponernos en su lugar…y así sucesivamente.

Yo intento mantener mi vista en el futuro todos los días…a veces lo consigo y a veces no, pero por lo menos lo intento.

Os copio el artículo:

Mantén los ojos en tus metas a largo plazo


…O “Las pequeñas lobas se visten solas” 😉

En su libro Paternidad Incondicional, Alfie Kohn nos hace un cuestionamiento: Qué deseas para tus hijos? Y va aún más allá: Tus estrategias de paternidad van alineadas a tus metas? O las entorpecen?

Imagina por ejemplo que quieres que tu hijo se convierta en un adulto a)ético, b)capaz de mantener relaciones sanas, c)curioso intelectualmente y d)fundamentalmente satisfecho de sí mismo. De ser así, tu tarea va a consistir en preguntarte si cada una de esas metas tiene más o menos probabilidades de alcanzarse como resultado de utilizar ciertas técnicas de “educación y disciplina”. De hecho, cualquier cosa que hagas con tus hijos de manera regular debe evaluarse a la luz de tus metas últimas…

Es muy fácil quedar atrapado en las minucias de la vida cotidiana, todas esas querellas y frustraciones que nos apartan de las cuestiones importantes. La buena nueva es que cuando los padres logran mantener a la vista sus objetivos más extensos -de hecho, cuando centran su atención en cualquier cosa más ambiciosa que sólo conseguir que sus hijos les obedezcan de inmediato- suelen utilizar mejores herramientas de paternidad y obtener mejores resultados. Como mínimo debemos mantener un sentido de perspectiva. Si tu hija derrama el chocolate hoy, o pierde los estribos, u olvida hacer su tarea, eso no importa gran cosa en comparación con aquellos asuntos que la ayudan o no la ayudan a convertirse en una persona decente, responsable y compasiva…

Este es un fragmento de mi libro que tengo en neon amarillo de marcatextos, aunque la traducción del libro para mi deja que desear, este libro me está gustando mucho. Este párrafo justo me cayó como balde de agua fría un día de estos pasados en que habíamos estado teniendo unas mañanas difíciles Azul y yo.

Nunca he tenido mayores problemas con Santi para vestirnos antes de ir a la escuela, como buen hombre que es, prácticamente le da lo mismo la ropa que lleve mientras esté cómodo (ese es guíon aparte que ya hemos resuelto, los pantalones que se le compran no llevan cierres o botones, las playeras son de preferencia cuello redondo, camisa ni pensarlo, croc´s cerrados y abiertos, tenis de velcro, zapatos muy amplios con velcro y tan tan esa es toda la gama).

Sin embargo, Azul no permite, ni por accidente, que yo elija alguna prenda para ella por las mañanas. Desde la parte racional lo entiendo perfecto, y ahora que lo escribo suena fatal que yo intente vestirla, eso de elegir la ropa debe ser totalmente personal ¿no?, ¿quién me creo para saber -mejor que ella- qué cosa le sienta mejor en un día específico? Reflexionando creo que meterme en ese asunto tan personal de mi hija es una verdadera falta de respeto…

Claro, tengo que tragarme mi Ego cuando llegamos a la escuela, porque las amiguitas van vestidas como muñecas, perfectamente combinadas, perfectamente aliñadas… Y mi hija, bueno, por citar un ejemplo de esta semana: vestido verde y blanco (una talla menor a la que le corresponde), sweater café enredado por la espalda, calceta lila de kitti, huaraches gris…

Sútil y amablemente le pedí que se quitara por lo menos los calcetines, que los huaraches no van con calcetas, o que al menos usara unos calcetincitos cortos blancos, pero no quiso. Le ofrecí mi ayuda para acomodar el sweater pero no quiso…

Y yo hubiese explotado (arruinándonos la mañana, porque mi hija es de las que NO ceden nunca ante una decisión que han tomado), si no es que de pronto el párrafo de Alfie Kohn me hizo sentido en ese momento:

Qué es más importante para mi meta última, qué clase de mujer adulta quiero que sea mi hija… Quiero que sea libre y autónoma, que sea consecuente con las decisiones que toma y que las defienda a capa y espada, quiero que sea la LOBA que todas las mujeres llevamos dentro. Así que no seré yo quien la someta. Que se vista como le dé la gana vestirse y que me siga desafiando… que yo dejaré colgadas en el clóset mis ganas de ser mamá de una muñequita porque mi hija no lo es, es una niña libre pensadora y eso, en el fondo, me gusta más =)