Esta semana en la sección “El viernes…la psicologa responde en Maternidad Continuum” con Mónica Serrano, tenemos una duda de una mamá que su hijo se muerde las uñas.

Os recuerdo que si queréis que Mónica responda alguna consulta, sólo tenéis que mandarla a maternidadcontinuum@gmail.com Para ver el post donde se dan todas las indicaciones entrad aqui.

Mónica Serrano Muñoz Psicóloga Infantil. Especialista en acompañamiento durante la maternidad y la crianza y asesoramiento a familias, desde el enfoque de la crianza con apego. Coordinadora del Proyecto Bambulah Portabebés http://mochilasportabebes.net, dedicado al asesoramiento y venta de portabebés ergonómicos. Para un asesoramiento más amplio, podéis contactar con ella escribiendo a psicologa@bambulah.es Puedes leer sus artículos en el blog http://psicologiaycrianza.blogspot.com.es/

Pregunta

Hola y gracias por esta oportunidad que se nos brinda desde maternidad Continuum:

Mi hijo de 5 años se muerde mucho las uñas. Apenas le queda una línea de uña y entonces se mordisquea la piel de los alrededores de la uña con lo que tiene unos dedos destrozados.

En el libro de El Concepto del Continuum, este habito lo asemeja a la necesidad de consumo de ciertas drogas y se dice que lo que se busca con estos comportamientos es la necesidad de volver a sentir ese tiempo de conexión, seguridad, calor que se tuvo con la madre cuando se era pequeño y eso puede querer decir que no se tuvo al menos en cantidad o calidad cuando se era niño.

Yo he amamantado a mi hijo hasta los 4 años, hemos hecho colecho y ahora, aunque duerme en su habitación, la mayoría de las noches se viene a nuestra cama y ahí dormimos los tres: papa, mama y niño. Creo que mi hijo tiene todo el afecto, calor, amor, respeto que le puedo dar. Mi marido también se muerde las uñas. ¿puede ser una conducta de imitación? ¿puede deberse a otros factores? Es un niño muy nervioso y con un temperamento muy fuerte. Yo he leído el libro de Turequi El Niño Difícil y tiene muchos puntos en común con lo que allí se cuenta. Me preocupa y no se que hacer ni como abordarlo. ¿me podríais ayudar?

Mil gracias.


Respuesta

Estimada amiga. Gracias por compartir con nosotras tu consulta.

El hábito de morderse las uñas afecta al 41% de los niños de 3 a 7 años de edad, según la Asociación Española de Pediatría.

El hecho de morderse las uñas es un acto compulsivo, que el niño realiza de una manera no controlada. Es uno de los actos compulsivos más comunes de la infancia y suelen producirse como respuesta a una situación de tensión emocional. Los niños se muerden las uñas como válvula de escape.

Por ello, es muy importante observar en qué situaciones el niño se muerde las uñas, cuándo lo hace más intensamente y en qué otras esta conducta no aparece. De esta manera se obtendrá una información valiosa sobre qué emociones se esconden tras el acto de morderse las uñas.

Como nos comentas en tu consulta, tu hijo está criado con mucho afecto. Sin embargo, con la edad de 5 años, los niños ya se relacionan con un grupo social más amplio (con sus iguales, con los maestros…). Así, es posible que las situaciones que provocan tensión a tu hijo se produzcan fuera del hogar.

Debes observar si la conducta de morderse las uñas se reduce los días que no hay colegio (fines de semana, vacaciones…) para ver si es en el ámbito escolar en el que se están produciendo las tensiones.

Es importante que consultes con la maestra de tu hijo sobre las relaciones con sus compañeros, su nivel de integración social en el colegio y su desarrollo académico. Esta información será muy útil para analizar si en el colegio el niño está experimentando tensiones.

También es muy importante que observes analíticamente el ambiente familiar del niño. Tal vez se están produciendo situaciones de tensión sin que seáis conscientes de ello. Los niños captan perfectamente los estados emocionales de sus padres y, en ocasiones, éstos pueden generarles nerviosismo.

Cuando hayas detectado qué situaciones son las que están produciendo estrés o tensión emocional a tu hijo, debes buscar la manera de reducirlas para, así, minimizar el estrés del niño. Debes decidir cómo trabajar sobre dichas situaciones en función de cómo sean las mismas.

En algunas ocasiones puede requerirse apoyo profesional para conseguir cambiar situaciones o estados emocionales. Si las tensiones se producen en la escuela, la colaboración de los maestros es indispensable.

Así pues, lo esencial es descubrir qué emociones hay detrás del hecho de morderse las uñas y qué situaciones están produciendo dichas emociones para poder trabajar sobre ellas y reducir la tensión emocional.

Sin embargo, hay varias acciones que puedes realizar (conjuntamente con la detección y tratamiento de los estados emocionales de tensión) para ayudar a tu hijo a dejar de morderse las uñas.

En primer lugar, es muy importante no regañar al niño por morderse las uñas y, mucho menos, avergonzarle o ridiculizarle por ello. Debes tener presente que tu hijo no está controlando sus actos, no lo está haciendo voluntariamente. Además, regañarle sólo incrementaría la tensión emocional del niño, lo cual haría que se incremente también la frecuencia de morderse las uñas.

También es importante que no se comente el tema de morderse las uñas delante del niño. Si se le trasmite la angustia que le produce al adulto el tema de las uñas, se estará de nuevo incrementando la tensión emocional del niño.

Debes explicarle que morderse las uñas no es bueno para él, que puede hacerle daño en sus dedos y sus dientes. La explicación debe ser sencilla y breve y transmitirse de una manera cariñosa. De esta manera, el niño irá tomando conciencia de que lo que hace no es bueno para él sin añadirle tensión emocional.

Del mismo modo, el padre debe evitar morderse las uñas delante del niño. Los niños aprenden por imitación y ver a su padre, que es su modelo a seguir, mordiéndose las uñas influye en que el niño haga lo mismo.

Podéis establecer entre los tres una señal de aviso para el que se esté mordiendo las uñas, que sólo vosotros conozcáis. Un guiño o arquear las cejas puede ser suficiente para avisar de manera discreta al niño (o al padre) de que se está mordiendo las uñas para que deje de hacerlo. Si el niño participa activamente en este sistema y es él el que avisa a su padre también, estará siendo cada vez más consciente de este acto, lo cual le ayudará a controlarlo. La seña debe realizarse siempre con una sonrisa, para que el niño la perciba como un aviso cariñoso, incluso lúdico, y nunca como un reproche.

Cuando el niño consiga no morderse las uñas durante un tiempo en el que solía hacerlo, debéis reforzarle positivamente, felicitarle por ello.

Además, debéis ofrecerle alternativas para que libere tensiones de otra manera. Los juegos de movimiento son muy adecuados para ello. Procurad que todas las tardes pase un rato en el parque jugando.

Asimismo, debéis observar si está asociando el hecho de morderse las uñas a actividades determinadas (por ejemplo, se las muerde más antes de ir a jugar un partido o mientras ve la tele). Si es así, habrá que explicarle dicha asociación para que él sea consciente de ello y tratar de descubrir por qué esas actividades le hacen morderse las uñas.

Por último, dejando para el final lo más importante, debéis ofrecer a vuestro hijo espacios de comunicación y expresión de sus emociones. Debéis fomentar que exprese sus sentimientos, comparta sus preocupaciones y hable sobre sus emociones.

Con todo esto, espero haberte ayudado y quedo a tu disposición para cualquier duda que te pueda surgir.

Un fuerte abrazo.

Mónica