En esta sociedad tenemos una fijación con la independencia de los niños, se espera que los niños desde pequeños duerman solos, no lloren demasiado, no pidan demasiada atención de su madre, y si fuera posible que se hagan una bocata de jamón para cenar y trabajaran para ganarse la vida ya sería lo ideal para algunas personas.

Especialmente cuando ya el bebé es “mayor” comienzan a presionar a las mamás diciéndoles que el bebé nunca dejará el pecho ni lo sacarás de la cama, que si le seguirás dando teta cuando vaya a la universidad, y te afirman muy seriamente que amamantar a un bebé mayor creará niños que nunca serán independientes.

Posiblemente si fuéramos reptiles como las tortugas tuvieran algo de razón, con ellas la madre deposita sus huevos en la arena y se va, y cuando nacen las tortuguitas salen hacia el mar a buscarse la vida desde el primer momento, en ese caso sí sería válido esperar independencia total, ya que las tortuguitas nacen listas para enfrentarse a la vida.

Hay mamíferos que al nacer ya están listos para correr y seguir a su madre, como los caballos, los ciervos, que poco tiempo después de nacer se incorporan y caminan.

En nuestro caso, somos primates, y mamíferos, el instinto natural de nuestras crías es estar cerca de nosotras y del pecho que lo alimenta.

Por la complejidad de nuestro cerebro necesitamos más tiempo de desarrollo, el nombre científico de esta característica es altricial, nacemos inmaduros, completamente dependientes de nuestra madre, muchas veces con los ojos cerrados, si dejas a un bebé recién nacido a la intemperie pronto moriría ya que no genera calor ni es capaz de buscar comida o defenderse de depredadores.

Al contrario de lo que te aseguran, cubrir las necesidades de un bebé, permitirle madurar a su tiempo y permitirle sentir tu respaldo y seguridad no solo fomentará su independencia, sino también su seguridad y el vínculo que tendrá contigo, lo que será primordial más adelante en su relación madre-hijo o hija.

De hecho está demostrado que los niños amamantados por más tiempo tienen menos problemas emocionales y de ansiedad en la edad adulta.

La neurocientífica británica Sue Gerhardt afirma en una de sus publicaciones que “para que un bebé sea un niño independiente, primero tiene que pasar por una etapa de dependencia”.

Según este informe (en inglés) de D M Fergusson y Woodward , donde estudiaron a una muestra de jóvenes entre 15 y 18 años en Nueva Zelanda, y nos dice que la muestra estudiada reportó mejor relación de apego con sus madres, la lactancia se puede relacionar con menores niveles de problemas emocionales durante la vida adulta, (puedes consultar el estudio aquí).

Tus hijas e hijos llegarán a la independencia cuando estén listos, para valerse por sí mismos primero necesitan la nutrición física y emocional adecuada, sentir seguridad y la protección de tu presencia hasta que estén listos para ir poco a poco explorando el mundo por su cuenta, al inicio se alejan unos pocos pasos y regresan a nuestro regazo ante cualquier cosa inesperada, poco a poco comienzan a explorar más lejos , hasta que ya siendo mayores toman su propio camino y a nosotras ya sólo nos toca solo enviarles algún mensaje por whatsapp preguntando si están bien y a que hora regresarán a casa.

No presionemos ni forcemos etapas para las que nuestras hijas e hijos no estén preparados, si les damos las bases y la seguridad, ellos mismos buscarán su propio camino a su tiempo.

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