Continúo con la sección “Historias de Lactancia Materna” gracias a mis maravillosas lectoras que me están enviando sus relatos ¡sois fantásticas!

Hoy tenemos a Sylvia, que amablemente ha escrito su historia de lactancia para compartirla con todos nosotros. Una mamá que después de una cesárea estuvo separada de su bebé muchas horas…demasiadas, pero que sin embargo fue capaz de salvar su lactancia.


Mi historia de Lactancia es como sigue; desde que me embaracé, empecé a investigar sobre la lactancia materna, la alimentación de mi bebé era prioridad para mí, me pase toda mi gestación, buscando información, leyendo libros, viendo vídeos, yo veía a mi mamá dar de mamar a mis hermanitos, así q no era nada raro para mí, pero nunca fue muy prolongada la lactancia porque al poco tiempo ella volvía al trabajo.

Yo por mi parte pensaba hasta cuando tenía que volver a trabajar, ya con los sacaleches, forma correcta de almacenamiento en el congelador.

El momento se acercaba, ya cumplí las 40 semanas y yo no tenía señales de parto. Ya todo estaba preparado, bolsón, dormitorio, todo lo necesario que yo pensaba lo que necesitaría, un Lunes por la mañana, comienzo del día laboral, fuimos con mi marido bien tempranito solamente a consultar como que ya estaba en las 40 semanas y sin signos de nada.

Sólo para control, me tomaron la presión controlaron al bebé y yo tranquila, descubrieron que la presión estaba súper alta, los médicos me dijeron que me quedaría internada y después de casi 8 horas me dijeron que mi bebé nacería ya por cesárea porque mi presión no mejoraba.

Angustiada, miedosa emocionada, ansiosa, pero feliz. El momento más feliz llego cuando  oí llorar a mi bebe, apenas la sacaron, me mostraron su tierna carita, y fue amor a primera vista, llevaron a mi bebe a hacer los chequeos, y por mi seguían trabajando como una hora.

Después del quirófano me llevaron a una sala, tipo terapia intermedia y mi bebe a la cuna.

No me la pusieron en el pecho, yo lejos de mi bebe, estuve ahí 52 horas, solamente la veía por fotos, me desilusioné enormemente cuando pidieron a mi marido que compre leche, y también pidieron biberón.

Pasaban las horas, yo ya estaba muy triste y todas las llamadas de felicitaciones y preguntas por mi bebe y diciéndome no va más a querer tomar pecho, me decían que me sacara la leche pero yo no sentía el pecho lleno, las palabras eran debastadoras para mí, pero a la vez me sentía tranquila, yo tenía el presentimiento que no iba a ser así, tenía que probarle para poder comprobar sentía una conexión distinta con mi bebé.

Hasta que porfiiinnn me trasladaron de sala, y yo con mi bebe, después de 1 hora juntitas eso a la 10 de la noche comenzó a llorar, le cambié el pañal y después quise darle pecho, probarle y no sabía cómo colocarla, por suerte la enfermera entró y me ayudó, y se enganchó sin problema, tanto que mamó hasta las 2.30 de la mañana, volvió a tomar biberón para que se duerma, se despertó otra vez eso a la 5 de la mañana y continuó y continuó con la teta, estaba preocupada por un lado, pero debo admitirlo que ahora estoy híper feliz.

Ahora mi gorda tiene 10 meses de vida, y seguimos con la lactancia materna exclusiva, desde los 2 meses terminó mi licencia  y cabe destacar que trabajo de tiempo completo de 7 a 6 de la tarde, día de por medio me voy a la facultad, tengo el sacaleches conmigo a todas partes, con mi congeladorcito de mano, bolsas de plásticos y guantes desechables, jabones antibacterial, etc.

Mi gorda gracias a dios es una beba muy sana, y bastante inteligente,  ahora ya tiene 5 dientes que por cierto como duele cuando me muerde, para colmo me remeda cuando grito de dolor, y se pone a reír a carcajadas de mi. Espero seguir lactándola hasta los 2 años, si dios me lo permite y mi bebé quiere.

Recuerden Mamis. Nada es imposible, y la Lactancia Materna es lo más hermoso que a una mujer al convertirse en madre le puede pasar. Son momentos mágicos.  

¡Muchas gracias Sylvia por esta bonita historia!

Si quieres leer los relatos de más de 50 madres lactantes entra aquí y lee el libro de mi amiga Mónica Salazar y si quieres contribuir con tu propia historia, escribe a maternidadcontinuum@gmail.com

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– La historia de Eva