Continuamos con la segunda parte de la historia de Carolina, una mamá que gracias a la maternidad encontró su vocación.

Os dejo con ella:

La historia de mi segunda lactancia comenzó muchísimo antes de que nazca Nicolás… Cuando dejé de amamantar a Agus, dos cosas me obsesionaban: la primera, como hacían las demás madres para amamantar por mucho tiempo (ojo que no tenia referencias personales de lactancias prolongadas: ni de lactancias!, pero si sabia de las recomendaciones de la oms), la segunda: por que no encontraba gente capacitada en el tema en la zona???.

Así fue como empece a capacitarme a distancia con LACMAT y una vez mejor organizada, comencé a formarme como puericultora en la ACADP.

Ese fue un antes y un después en mi vida: por un lado había encontrado algo para estudiar que no solo me gustaba, sino que ademas descubrí que era mi vocacion (6 carreras tengo en mi haber, y 2 solas finalizadas; una de ellas la de pueri).

Los años que pase formándome me abrieron muchísimo los ojos en relación a mi parto y sobre todo a mi lactancia con Agustina: pude darle un sentido a muchas cosas y prepárame para lo que vendría… Asi fue que un dia nacio Nicolas!!

La noche previa a su llegada, la dediqué a sentir las contracciones y a indicarle a Juan como prenderlo a Nico si yo no podía (acabábamos de programar la cesarea y me la veía venir…) sabia que no iba a tolerar que me dijeran que hacer desvalorizándome como, lamentablemente, hacen muchas enfermeras.

Esta vez era otra clínica, pero no sabia con que me iba a encontrar. Sali del quirófano con Nico a upa, una enfermera entro a la habitación y con buena mano lo prendio: hizo 2 succiones efectivas y se durmió! Yo cerré los ojos y me relajé. Con Nico todo fue distinto… Ni siquiera nos molestamos en que pruebe la cunita: durmió toda la internación a upa del papa o mio.

Cuando lo quise prender yo, se agarraba, pero yo sabia que mal. Sin deseperar (por señas porque no podía hablar!) Juan colabora pero Nico no se prendia bien, ahí no mas me saco calostro y se lo pongo con mi dedo en su boca, tragar tragaba!

Juan se va a casa (la ventaja de parir en la misma manzana que uno vive!) a buscar una cucharita de café y asi me dedique a alimentarlo cada hora mientras estábamos internados. Me preguntaban las enfermeras como íbamos con la lactancia, yo les decía que mal porque no se prendia y ellas me decían bueno, ya va a aprender, que tome cada 3 horas!

Ahí pensé en el resto de las madres que estaban internadas en ese lugar, pero mi estado puerpero y mi cesarea no me dejaron ir a ayudarlas… Si bien sabia que Nico no necesitaba realmente comer, no quería dejar de estimular mi cuerpo para cuando si tuviese hambre.

Una vez en casa la rutina siguió igual, cucharitas cada hora y media aprox, y visita a la pediatra al toque para que lo pese. Estaba justo, la doc conociendo mi actividad, estuvo paciente sin indicar formula y quedamos para vernos en 2 dias a ver como subia de peso.

La demanda de Nico aumentaba considerablemente, las prendidas seguían sin ser buenas asi que continuábamos con la cucharita, pero llegamos a un punto en que no me daba el tiempo para sacarme y darle la leche al mismo tiempo y sobre todo de noche, era un enchastre alimentarlo.

Yo con bajada de leche recurri rápidamente a mi amigo el sacaleche y lograba mantener una producción mamada a mamada (me sacaba la leche que el tomaba pero no llegaba a almacenar para varias mamadas, con lo cual un poquito presionada estaba… nadie se atrevia a hablarme de una leche de formula en casa por las dudas!).

La situación era un poco estresante, porque yo no podía hacer nada mas que estar en casa, sacarme leche, dársela a Nico y volver  a sacarme leche. Por suerte contaba con ayuda, ya que Agus también estaba ahí y necesitaba atención. A la semana de Nico vino a visitarme una de mis profesoras: logró prendérmelo en posición sentado y se fue dejándome con muchas de las indicaciones con las que yo las torturo a ustedes! Jaajaj.

Se lo que es alimentar son sondita… qué fastidio!. Ese dia fue liberador!!! Yo estaba sola en casa, asi que cuando se fue, agarre el sacaleche (por las dudas!, mi stock de leche (por las dudas!), el almohadón que habíamos usado para ayudarme con la postura y nos metimos con Nico en el auto y nos fuimos a sorprender a Juan que estaba en un torneo y de ahí nos fuimos a buscar a Agus a lo de mi suegra y todos a merendar a un bar. Yo ya era casi normal!

Podia amamantar a mi hijo, que mas podía pedir??? A partir de ese dia, intentaba prenderlo en posición clásica: alguna veces podía y otras muchas no, el tema de prenderlo sentado era que me tenia medio esclavizada: por ejemplo al super no podía ir seguro!.  Asi que a los 16 dias de Nico nos fuimos los dos muy contentos a donde yo estudiaba y fuimos parte de una clase compartida con mis compañeras (ese era nuestro último año) llamada justamente: succion disfuncional II, caimos como anillo al dedo! (y para mi era una paradoja loquísima).

De ahí sali definitivamente con Nico prendiéndose bien, el fue la excepción a la regla de mucha teoría para mi. Chau sacaleche y hola feliz vida de madre que amamanta….

Pero no todo es color de rosas y a los dias hice una mastitis… Y claro! Me olvidé de destetar al sacaleche… Paso que como en ese tiempo que Nico estaba sin agarrarse de la teta o se agarraba sentado (detalle: solo podía de un solo lado!) en el control pediátrico la doc me corria con el peso (y si bien según mis cálculos su peso estaba bien, yo ahí hacia de madre, no de puericultora!) y quería que lo complemente y yo me negaba rotundamente.

Hice lo que el sentido comun y la experiencia me dictaban: como engordar a un bebe con leche materna? Con la leche del final de la mamada! Y asi le daba al sacaleche a morir hasta la leche mas espesa que podía sacar… Y claro, derivo en que mis pechos producían mucho mas de lo que Nico depsues sacaba por si solo y hola mastitis!!! Una vez superada tuve otra menor, interna, que la solucione cambiando cada varios dias del lado en que dormia en la cama (porque según mis cálculos me la produje comprimiendo el pecho cuando le daba acostada  a la noche).

Otro inconveniente que tuvimos fue que Nico y yo empezamos un buen dia con mugget y no había manera de sacarlo… Nos duró como 2 meses y se fue solito tal como vino el dia que volví al hospital (iba los fines de semana, después de la teta de la madrugada, una locura, pero se ve que mi parte mental lo necesitaba). Saqué mis propias conclusiones sobre la conexión mama y bebe…

Y otro inconveniente que tuvimos fue reflejo abrupto de eyección láctea….  (como juega la cabeza en toda la lactancia!)
Esta lactancia con Nico fue sumamente diferente a la de Agus. Por un lado porque contaba con la información necesaria para afrontar dificultades y puse muchísima teoría en practica! (el fue como mi posgrado!), aunque igual necesité de otro para de manos que me ayudaran (y mucho!!) y también porque Nico fue un bebe MUY demandante (será que el sabia que su madre muy a lo Laura Gutman estaba ya entregada y aprovechó la situacion?).

En esta ocasión entendí lo que relamente significa libre demanda… Y aun hoy disfrutamos de ella con Nico a sus 26 meses.

¡Muchas gracias Carolina por esta segunda historia!

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Si quieres leer más historias aquí tienes las anteriores:

– La historia de Eva

– La historia de Sylvia

– La historia de Sandra

– La historia de Carlota

 – La historia de Conchi

– La historia de Carla Candia

– La historia de Ana

– La historia de Susana

– La historia de Isabel María

– la historia de Ana María

La historia de Alexandra

– La historia de Carolina parte 1